Cantabria registró el año pasado 771 interrupciones voluntarias del embarazo, que suponen una tasa inferior a la media

Interrupciones voluntarias del embarazo en Cantabria
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Cantabria registró a lo largo del año pasado un total de 771 interrupciones voluntarias del embarazo (IVE), un 3% menos que hace un año, la mayoría entre mujeres de 35 a 39 años, con 171 casos, seguidas de las de 25 a 29 años y de las de 30 a 34 años, con 155 y 154 casos, respectivamente.

Estas IVE representan una tasa de 7,75 por cada mil mujeres, inferior al índice del 11,12 de la media nacional y la quinta más baja por comunidades, según datos hechos públicos este miércoles por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

En este sentido, el índice de Cantabria es el segundo más bajo de la última década, tan solo por detrás del 7,55 registrado en 2017, y en todos estos diez años se ha situado por debajo del medio.

En España la comunidad con mayor índice de abortos en 2018 fue Cataluña (14,05) y la menor Galicia (6,5%).

En relación a los datos del pasado año, la mayoría de IVE se produjeron entre cántabras de 35 a 39 años (171 casos), de 25 a 29 años (155), grupos seguidos de los de 30 a 34 años (154) y de 20 a 24 años (137).

En jóvenes de 15 a 19 años hubo 66 interrupciones voluntarias del embarazo, 79 en mujeres de 40 a 44 años, mientras que por encima de esta edad hubo cuatro seis y los tres restantes correspondieron a menores de 15 años.

Si se atiende al nivel de estudios de las mujeres que decidieron interrumpir su embarazo en Cantabria, la gran mayoría -302- tenían cursado Bachillerato o ciclos de FP, seguidas de 202 con ESO, y 195 con formación universitaria. También hubo 53 con estudios de primer grado y siete sin estudios o analfabetas.

Del total, 107 eran estudiantes frente a 457 trabajadoras. También había 148 desempleadas y cuatro pensionistas.

Por nacionalidad, 639 eran europeas (579 españolas), 115 americanas, 13 africanas y tres asiáticas.

En casi la mitad de las situaciones -365- se trataba del primer hijo, mientras que 207 tenían ya uno o dos (163). Además, para la gran mayoría (525) era de su primer aborto voluntario, aunque para 151 era ya el segundo y para 70, el tercero.

De las mujeres que interrumpieron su embarazo en Cantabria el año pasado, 311 utilizaban métodos anticonceptivos barrera y 179 hormonales, mientras que 226 no empleaba ninguno.

El grueso de las mujeres, 557 de las 771 que se sometieron a una IVE, acudieron a informarse a un centro sanitario público, frente a 53 que acudieron a uno privado.

La gran mayoría, 580, realizaron la interrupción del embarazo con ocho semanas de gestación o menos; 158 lo hicieron entre las 9 y 14 semanas; 32, entre 15 y 22 semanas; y hubo un caso de 32 o más semanas.

En la inmensa mayoría de casos, 705, la interrupción voluntaria del embarazo se produjo a petición de la mujer, aunque en 55 casos existía riesgo para el feto y en 10 para la salud o vida de la embarazada.

Un total de 514 intervenciones se realizaron en centros extrahospitalarios frente a 257 en hospitales, las primeras todas en centros privados y las segundas en centros públicos salvo siete.

DATOS NACIONALES

En España, a lo largo de 2018 abortaron un total de 95.917 mujeres (11,12 por cada 1.000 mujeres), lo que supone un incremento del 1,91 por ciento respecto a 2017.

Aunque Sanidad señala que, "en términos estadísticos, esto supone una tendencia a la estabilización", el pasado año la subida ya fue del 1 por ciento. No obstante, lo cierto es que son datos muy por debajo del 2010, último año con la regulación anterior a la actual, cuando se registraron 113.031 interrupciones voluntarias del embarazo, con una tasa de 11,49 por cada 1.000 mujeres.

La propia petición de la mujer es un año más el motivo alegado para la interrupción, con 90,44 por ciento (sube con respecto al 2017 89,75%), seguida del grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada 5,94 (baja respecto al 6,38% de 2017), el riesgo de graves anomalías en el feto 3,32 por ciento (3,61% en 2017) y, muy minoritariamente, por anomalías fetales incompatibles con la vida que baja y se sitúa en 0,28 por ciento (0,30%).

El grueso de las intervenciones se realizaron en la octava semana o menos de embarazo (70,51%). Uno de cada cuatro (23,68%) se hicieron entre las 9 y las 14 semanas, mientras que el resto se practicaron por encima de las 15 semanas de gestación.

POR CCAA Y NACIONALIDADES

Por comunidades autónomas, la mayor tasa de interrupciones voluntarias del embarazo se ha registrado en Cataluña, con 14,04 casos por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, muy por encima de los 12,89 casos de 2017. Desbanca a Baleares que baja al segundo puesto con 13,92 casos aunque prácticamente se mantiene con respecto al año anterior (13,94 casos); Madrid sigue en tercer lugar con 12,74 casos (13,07 en 2017); y, por encima de la media nacional, le sigue Asturias con 12,65 (baja de los 12,73 de 2017); Murcia sube a 11,68 casos (10,99 en 2017); Canarias con 11,56 casos sube con respecto a 2017 (11,29) y Andalucía que también sube 11,29 casos (10,38 en 2017).

Por debajo de la media, País Vasco con 10,03 casos, en 2017 fueron 9,98; Aragón con 9,19 casos baja respecto a los 9,34 casos por cada 1.000 mujeres de 2017; Comunidad Valenciana sube con 9,17 casos(8,06); le sigue Castilla-La Mancha sube con 7,99 casos (7,48); Navarra con 7,88 casos (7,88 en 2017); Cantabria sube con 7,75 casos (7,55); La Rioja sube con 6,91 casos(6,09); Extremadura sube con 6,71 casos (6,06); Castilla y León sube con 6,60 casos (6,21); Galicia se mantiene con 6,50 casos (6,51), y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla bajan con 3,50 casos (4,80).

Por otro lado, el perfil según la nacionalidad arroja que el 65,29 por ciento eran españolas; un 7,5 por ciento de la Unión Europea, un 1 por ciento de Europa; un 5 por ciento Africanas; un 18,52 por ciento del contienen Americano, siendo el 13,66 de América del Sur; finalmente de Asía un 2,5 por ciento.

Por otra parte, se sigue incrementando el número de abortos en centros públicos. El año pasado, el 13,95 por ciento de las interrupciones se llevó a cabo en centros públicos, frente al 1,84 por ciento de 2010. No obstante, el 86 por ciento se realizaron en centros privados, en gran medida por la distribución de centros en los que se realiza.

En Andalucía hay un centro público frente a 15 privados; en Aragón ninguno público frente a dos privados; en Asturias hay 5 centros sanitarios públicos frente a 3 privados; en Baleares, hay 7 públicos y 3 privados; en Canarias hay 3 públicos y 4 privados; en Cantabria 1 público y 2 privados; en Castilla-La Mancha ninguno público y 2 privados; en Castilla y León uno público y 3 privados; en Cataluña 66 centros sanitarios públicos, frente a 16 privados; en la Comunitat Valenciana hay 14 públicos y 16 privados; en Extremadura solo uno privado; en Galicia 8 públicos y 3 privados; en Madrid uno público y 7 privados; en Murcia solo 5 privados; en Navarra 9 públicos frente a uno privado; en el País Vasco hay 8 públicos y 6 privados y La Rioja tiene 2 públicos; las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla sin centros.