Cantabria cerró 2020 con un total de 1.820 toneladas brutas de aceites industriales usados recuperadas, a pesar de la pandemia, según los datos difundidos este miércoles por SIGAUS, el sistema encargado de la recuperación de este residuo en España.
Esta cantidad recuperada en la Comunidad Autónoma incluye el volumen de aceite usado neto finalmente tratado, 1.710 toneladas, y ciertas cantidades de impropios, como agua o sedimentos, que suponen el 6% del total y que han de separarse durante el tratamiento.
SIGAUS llevó a cabo el año pasado 1.112 operaciones de recogida de aceite usado en 62 municipios cántabros. El 48% de los establecimientos en los que se realizó el servicio de recogida fueron talleres mecánicos (más de 250 talleres), en los que se recuperaron 616 toneladas de residuo.
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La industria, con 98 instalaciones atendidas, fue la actividad de mayor generación de aceite usado en Cantabria, con 624 toneladas generadas, que suponen el 34% del volumen total recuperado.
Según ha explicado SIGAUS, un gran número de recogidas tuvo lugar en actividades como la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, así como relacionadas con la Administración pública, las fuerzas armadas, presas, parques eólicos, empresas de alquiler de vehículos o autoescuelas, entre otras, que sumaron 174 establecimientos.
El 52% de los municipios donde se recuperó aceite usado son zonas rurales, "con altos índices de fragmentación y dispersión". En ellos, se atendieron 63 establecimientos y se recuperaron 139 toneladas de residuo.
Dentro del medio rural cántabro, en zonas especialmente vulnerables a la contaminación, como las inmediaciones de espacios protegidos y recursos hídricos, se recuperaron 34 toneladas de aceites usados de 21 establecimientos.
En concreto, se recogieron 17 toneladas en el entorno de tres espacios protegidos en Cantabria. Por ejemplo, nueve toneladas en el Parque Natural de Oyambre y ocho en las Marismas de Santoña.
Por su parte, en el entorno de recursos hídricos se evitó el potencial contaminante de 25 toneladas de aceites usados (siendo en algunos casos puntos de generación coincidentes con espacios protegidos), mientras que en zonas de montaña o escasamente pobladas, con menos de 1.000 habitantes, se prestó este servicio en 127 y 5 establecimientos productores, respectivamente.
TRATADO
Una vez recogido, el aceite usado es analizado en centros de transferencia donde se determina su destino final para ser tratado a través de los diferentes procesos existentes. Cantabria cuenta con cinco instalaciones de gestión de aceites usados, incluidas dos plantas de gestión final de tratamiento previo a su valorización energética.
Un 43% del aceite usado neto recogido en 2020 en Cantabria (727 toneladas), fue tratado mediante regeneración, un tratamiento que extrae del residuo una base lubricante válida para la fabricación de nuevos aceites y evita, según ha destacado SIGAUS, tener que recurrir al refino del petróleo.
El volumen de residuo destinado a este tratamiento permitió devolver al mercado 455 toneladas de lubricantes y el ahorro de 214.000 millones de barriles de petróleo. En términos medioambientales, este proceso hizo posible evitar la emisión de 485 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Los aceites usados que no fueron regenerados se trataron para fabricar combustible de uso industrial, utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras o equipos marinos, con lo que se evitó la utilización de otros combustibles tradicionales.
A este tratamiento se destinaron el pasado año 982 toneladas, lo que permitió evitar la emisión a la atmósfera de 538 toneladas de CO2 y la utilización de 101.000 barriles de petróleo, según los cálculos de SIGAUS.
