El proceso participativo para la reforma integral del parque Manuel Barquín, que el Ayuntamiento de Torrelavega ha llevado a cabo entre septiembre y diciembre con la participación de ciudadanos y colectivos del municipio, ha dado lugar a conclusiones como la necesidad de que el proyecto se centre en la accesibilidad universal, la conectividad con el resto de la ciudad, la "naturalización" de los elementos o la seguridad.
El proceso participativo se ha desarrollado en una primera fase, de septiembre a diciembre, en la que se han celebrado tres sesiones presenciales colectivas y se ha realizado una encuesta difundida tanto online como en papel.
En la tercera sesión se ha elaborado un decálogo con todas las conclusiones recogidas de la participación social, que tendrán que incluirse en el proyecto del nuevo parque.
En concreto, las peticiones que recoge el decálogo son que el parque sea accesible e inclusivo, sostenible en el tiempo, respetuoso con el medio ambiente, mejor conectado con la ciudad, con una vegetación sana y fuerte, con gestión pública y participación de asociaciones y colectivos, que aproveche los equipamientos existentes, respetado por el ocio, compartido por personas y animales de compañía, y con materiales naturales y en armonía con el entorno.
Una vez terminado el proceso participativo, ahora se deberá acometer una segunda fase, consistente en la elaboración de un anteproyecto técnico del diseño estratégico que seguirá el futuro parque, que se finalizara a mediados de marzo. A partir de ese documento, se elaborará el proyecto de ejecución.
Así lo han dado a conocer este martes el concejal de Parques y Jardines, José Luis Urraca, y una de las arquitectas de Pez Estudio, Inés Sebastián, en una rueda de prensa en la que han ofrecido un avance de las conclusiones del proceso participativo antes de presentarlas en su totalidad en un acto público que se celebrará esta tarde en el Centro Cívico Lázaro Baruque, a las 16.00 horas.
Ambos han destacado la "singularidad" de este proceso, que "lo hace único", ya que "pocas veces desde la administración pública la génesis de un proyecto es la participación social", con el fin de obtener una "visión integral" que esté "consensuada" y "desde todos los puntos de vista".
Urraca ha detallado que a través de la encuesta han participado más de 200 personas, a las que se suman ciudadanos y colectivos que han asistido a las tres sesiones, como Torrearboleda, AMICA, Ecologistas en Acción, Refugio Canino Torres, Grupo Quercus o la Asociación Tolerancia Cero al Bullying, así como asociaciones de mayores y representantes de grupos políticos.
Por su parte, la arquitecta ha explicado que cada una de las sesiones tuvo objetivos diferentes. Así, la primera estuvo enfocada a elaborar un diagnóstico del estado actual del parque para ver qué necesitaba mejorar, en la segunda se imaginaron cómo les gustaría que fuera el parque y, en la tercera, definieron las conclusiones obtenidas con la creación del decálogo colectivo.
CONCLUSIONES "MÁS RELEVANTES"
Según ha detallado, algunas de las conclusiones "más relevantes" del proceso han sido la accesibilidad "universal e inclusiva" del proyecto, uno de los temas "recurrentes", así como la necesidad de mejorar la seguridad en el acceso al parque desde su perímetro debido a los viales existentes.
La conectividad con el resto de la ciudad también ha sido "muy discutida", y se ha hablado de la naturalización de los caminos y los materiales para tener un parque natural, con acceso a las zonas de césped y con una vegetación autóctona y diversa, ha explicado Sebastián.
Además se han recogido otros deseos como introducir algunos usos relacionados con la conexión con la naturaleza, como la creación de un espacio de educación ambiental; la necesidad de compatibilizar las actividades de ocio y con las mascotas; la intención de crear un espacio intergeneracional; la propuesta de aprovechar los equipamientos existentes; o la petición de que la gestión del parque sea compartida entre administración, colectivos y ciudadanos.
