Entre las muchas caras y personajes que del viernes al domingo brillaron en el musical de ‘Grease’ en el Palacio de Festivales de Santander hubo una muy especial, autóctona. Era Diego de Domingo, un cántabro que jugaba en casa, ante su público. Este joven de 24 años era uno de los tantos personajes que formaban el elenco del musical que se interpretaba en la Sala Argenta del Palacio de Festivales, y que conquistó al público santanderino a golpe de ‘You’re The One That I Want’.
Cántabro de sentimiento y corazón, está hecho un virtuoso de la interpretación y la danza. Lo de ‘Grease’ llegó tras muchos años de “trabajo” y “sacrificios”. Una carrera que, desde bien pequeño, se labró en el mismo escenario en el que cientos de personas aplaudían en cada una de las sesiones que tuvieron este fin de semana en el Palacio de Festivales. “Subirme allí, delante del público cántabro, entre los que había muchísimos conocidos, más de 400, sentir sus aplausos... Se me pusieron los pelos de punta y se me cayó alguna lagrimilla”, reconoce a ifomo.es Noticias.
Su labor en la obra es una analogía de lo que se ha convertido el gremio: muchos papeles y roles en una sola persona. “Bailar, cantar, interpretar… Ahora se nos pide de todo, este mundillo se ha profesionalizado muchísimo, hay mucha competencia y sí, se puede hacer carrera de esto, las artes no son un ‘hobbie’, depende de cómo te lo plantees”, argumenta el joven.
Quienes acudieron a ver ‘Grease’ durante alguno de los tres días pudieron ver a Diego interpretando a varios personajes. El principal, Eugenne, un personaje bastante friki con pocas habilidades sociales. “Al poco me comentaron que también sería alternante de Doody, y que saldría para que descanse el titular”. Pero es que también hacía de bailarín en tres de las cinco posiciones de danza masculina.
Ser parte del limitado elenco no fue fácil. Ya se le escapó la primera vez, cuando superó por un año la edad límite en el primero de los castings. “Tenía la espina clavada. Cuando vi el casting de nuevo, que necesitaba renovar, me fui a Barcelona y tuve la suerte de que me eligieron”. Suerte, o como le dijo su primera directora de casting, para ‘Sonrisas y Lágrimas’ (Carmen Márquez, también cántabra), “el no ya lo tienes. Ahora hay que luchar por conseguir el sí". Y vaya que si lo consiguió, narra el joven.
Aunque se ha tenido que ir a vivir a Madrid para continuar con su carrera profesional y estudiantil, momentos como los del pasado fin de semana le hacen recordar “lo mucho que echo de menos a mi tierra, es algo que tira mucho”. Diego recuerda cosas tan simples “como el mar, que hace mucho, ya que he estudiado en Somo y veía las olas desde la ventana, o el verde… Hasta la lluvia”.
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