Amica cumple 30 años desde que fue considerada como entidad "de utilidad pública"

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Amica nació en 1984. 39 años después no es que solo siga en pie, sino que es una de las asociaciones más importantes no solo de nuestra región, sino también del panorama nacional. Tanto que este domingo cumplen 30 años desde que fueron considerados como “de utilidad pública”. Una encomiable labor que cuarenta años después ha ido a más, y en todos los sentidos.

Tomás Castillo es el gerente de la asociación. Un hombre que refleja en su voz el alma caritativa y el cuidado por los demás, no es una asociación más, y no es que lo digan ellos. Además de en Cantabria o Valencia, donde tienen una enorme finca de 400 hectáreas, también trabajan en Latinoamérica: Bolivia, Nicaragua, Argentina, Perú… Da igual donde, el objetivo es el mismo, nos cuenta: “No defendemos intereses particulares de los socios, sino de las personas con discapacidad. Queremos afrontar el fenómeno de la discapacidad de otra manera diferente, buscando futuro para las personas”.

Tanto es así que aquí en Cantabria emplean a más de 450 personas con discapacidad en lavanderías, centros de reciclaje, mantenimiento de espacios verdes… Su labor está clara: “Buscar futuro”, y 30 años después de ser nombrados de utilidad pública, siguen más a fondo que nunca con el mismo objetivo: “Que las personas con discapacidad sean apoyadas desde el primer momento, que no es una desgracia, es una manifestación de la diversidad humana. La persona que ha nacido tiene derecho a ser feliz”.

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Parece que queda atrás, pero el coronavirus sigue con nosotros. En pleno estallido de la pandemia, Tomás nos cuenta que es cuando la sociedad se dio cuenta de que las personas con discapacidad también cumplían un papel fundamental: “Hemos sido esenciales, se nos declaró como esenciales porque no podíamos fallar con la ropa de los hospitales que suministramos. Esa demostración que hacen personas con discapacidad fuera esencial a mí me parece que fue una toma de conciencia de la importancia”.

En Cantabria son quienes suministran la ropa a los hospitales, creando un “sistema integral de gestión para que todos en los hospitales pueda circular de un lado a otro, está unificado al SCS, llevamos un sistema de control de chips para casi 1.000 personas”.

En Amica no hay más intereses que “cambiar la mirada de los demás, el gran reto es que todo esto se haya entendido como algo natural, que las personas todas necesitamos oportunidades y convivir”.

Deporte-Amica-foto-grupo
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De hecho, el problema está en el concepto de discapacidad. Desde Amica bien saben que los tiempos cambian, y que lo que antes se “partía de cierta vergüenza cuando esto ocurría”, ahora todo es distinto. “Los profundos que acababan en psiquiátricos porque no podían convivir. Ahora acaban en centros de día”. Centros que ellos mismos crearon, y que incluso la Unión Europea puso la mirada en ellos, premiándolos.

La lección de Amica es clara: “Es algo que hay que reconocer, sobre todo cuando vamos para mayores y la visión va siendo mas complicada”.