La remodelación de dependencias capitulares de Catedral comenzará "próximamente" tras concederse la licencia

photo_camera CANTABRIA.-Santander.- La remodelación de dependencias capitulares de Catedral comenzará "próximamente" tras concederse la licencia

La remodelación de las dependencias capitulares de la Catedral de Santander comenzará "próximamente" tras conceder el Ayuntamiento la licencia para acometer las obras.

La actuación, que conlleva una inversión de 2.528.000 euros y cuenta con una aportación municipal de 253.000 euros, permitirá remodelar totalmente las Dependencias Capitulares para habilitarlas como Sala de Exposiciones y usos múltiples, Archivo Catedralicio y Diocesano, y Sala de Consultas e Investigación.

Se trata de un proyecto impulsado por el Obispado que cuenta también con el apoyo del Consistorio y está cofinanciado por el Ministerio de Fomento con cargo al 1,5% Cultural.

El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, ha apuntado en un comunicado que las obras supondrán recuperar "una parte importante del patrimonio y la historia de la ciudad para ponerlo en valor y acercarlo a los ciudadanos".

Los trabajos planteados en el proyecto se corresponden con la quinta fase del Plan Director de la Catedral de Santander --redactado en 1999 por Joaquín González Echegaray-- en la que se preveía la recuperación de los restos del Castillo del Rey y la remodelación de las dependencias capitulares.

De esta manera, se podrá hacer accesible al público el Archivo Diocesano del que, en la actualidad, una gran parte se encuentra almacenada en dependencias dispersas, en ocasiones en varios edificios y parte fuera de Santander.

Además, según el Ayuntamiento, se pondrá en valor un edificio "con problemas estructurales y en desuso, aprovechando su ubicación privilegiada y mejorando notablemente la accesibilidad al recinto monumental; y se recuperará el único muro que ha sobrevivido hasta hoy del antiguo Castillo de San Felipe".

Ubicadas en la esquina sureste, entre el claustro y la Catedral, las dependencias capitulares albergan varios espacios, todos ellos hasta hoy de uso restringido para el personal religioso, como la Sala Capitular, el despacho del deán, el del ecónomo, el vestidor de los Canónigos y archivos, así como alojamientos para los canónigos y para la congregación de las Hijas de María Madre de la Iglesia.

Se trata de un edificio neoclásico, muy sobrio, construido tras el incendio de 1941. Tiene planta en forma de U y se adosa parcialmente al único muro que aún se conserva del antiguo Castillo de San Felipe, también llamado Castillo del Rey.

PROYECTO DE REMODELACIÓN

La intervención que se propone desarrollar ahora plantea un conjunto de actuaciones que pondrán en valor todo el potencial ahora infrautilizado de estas dependencias.

En primer lugar, será necesario vaciar por completo el edificio y aprovechar la envolvente de fachadas y cubiertas para transformar lo que ahora son tres plantas de altura excesiva en cuatro plantas de altura suficiente para los usos previstos

Para resolver el problema de accesibilidad, se plantea la apertura de huecos en planta baja que permitan el acceso directo desde la vía pública, concretamente desde la calle Juan Plaza García, por lo que será necesario habilitar un nuevo espacio en el que ubicar el vestíbulo-recepción y el control de accesos, desde donde se podrá escoger entre los distintos itinerarios.

Está previsto reubicar la totalidad de los usos restringidos y propios del personal religioso en la última planta, de tal forma que las otras tres, junto con el nivel de la calle, se abrirán al uso público y estarán comunicadas mediante un ascensor y un conjunto de escaleras.

El muro del Castillo de San Felipe se descubrirá en toda su altura, recorriendo el patio interior en las cuatro plantas y dominando como telón de fondo la planta baja.

En la planta primera se ubicará una sala de usos múltiples y exposiciones de casi 250 metros cuadrados de superficie.

Las dos plantas superiores se abrirán al público como sala de consulta e investigación y acogerán el Archivo Catedralicio y Diocesano, con medios e instalaciones de almacenaje, conservación e inventariado acordes a la época actual, sumando un espacio de unos 500 metros cuadrados.

ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO

El Archivo Histórico Diocesano de Santander reúne documentos que proceden, en su mayoría, de las parroquias e instituciones diocesanas situadas en el ámbito territorial de la Diócesis de Santander y Valle de Mena.

En la actualidad, hay informatizados 13.500 registros de documentos y en los depósitos ocupan una extensión de 500 metros lineales de estantería. Los documentos más antiguos son en pergamino y están fechados a partir del siglo X. No obstante, el grueso de documentación es de época moderna y se inicia a partir de 1520.

Entre los fondos de este archivo se encuentran el del archivo de la única iglesia que funcionó como parroquia en la entonces villa de Santander hasta el siglo XIX, la Iglesia Colegial de los Cuerpos Santos, hoy parroquia del Santísimo Cristo de Santander.

Este fondo reúne 134 libros que contienen las actas sacramentales en las que se recoge el itinerario vital de los vecinos y viajeros de la villa de Santander durante toda la edad moderna, desde 1580 hasta finales del siglo XIX. Son los 'Quinque Libri' o registros de bautizados, confirmados, casados o difuntos.

Por tanto, su consulta es "imprescindible" para reconstruir la historia demográfica, criminológica y toponímica en la época moderna de la ciudad, o recabar datos biográficos de sus vecinos, señala el Ayuntamiento.

Asimismo, el Archivo contiene los registros de las cuatro parroquias que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se constituyen en el centro de la ciudad: Santa Lucía, San Francisco, la Anunciación y Consolación, si bien la Anunciación perdió parte de su documentación histórica durante la Guerra Civil.

También se custodian las actas bautismales del antiguo Hospital de San Rafael desde 1892 a 1931 y los archivos de las parroquias de los barrios periféricos de la ciudad: San Pablo de Cueto, San Román de la Llanilla, San Pedro del Monte y San Lorenzo de Peñacastillo.

Los datos recogidos en los registros sacramentales son, hoy en día, una fuente histórica de primer orden para reconstruir la historia local de la edad moderna, puesto que hablan sobre estructuras familiares, natalidad, crecimiento de la población, movimientos de vecinos, enfermedades, mortalidad infantil, causas de mortalidad, urbanismo de la ciudad, topónimos antiguos, cuestiones derivadas de los apellidos, etcétera.