De un amerizaje de emergencia a bicampeón de Cantabria de Parapente

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photo_camera Víctor en el centro de la imagen como ganador en las dos categorías.

El pasado sábado Vioño de Piélagos acogió la entrega de premios del Campeonato de Cantabria de Parapente de Distancia -I Trofeo Hermanos Izquierdo-. El triunfador en dos de las cuatro modalidades en disputa fue Víctor Ibáñez Gutiérrez, un joven campurriano que, en enero de 2021,  se vió obligado a hacer un amerizaje en Liendo cuando sobrevolaba la zona de la Sierra de la Vida y Candina.

Superado aquel susto, del que salió airoso por sus propios medios cuando ya se había activado un operativo de rescate en tiempo récord, este joven de Reinosa siguió entregado a una pasión por volar que inició apenas hace año y medio. Ahora lo hace con la satisfacción de ostentar un doble título regional, sin sin ser la faceta competitiva su principal prioridad. 

¿En qué consistía el Campeonato? En 2021 se ha celebrado la primera edición, organizada por la Federación, en homenaje a los hermanos Jaime y Carlos Izquierdo, pioneros del Parapente en Cantabria. Se premiaba el vuelo más largo efectuado durante el año 2021. Los participantes teníamos que mandar los registros o tracks de GPS de los vuelos realizados a lo largo de los últimos doce meses.

¿Con qué vuelo te alzaste ganador? Con uno inédito que sumó un total de 41,5 kilómetros. Salí desde la zona de La Cañada, en Fuencaliente de Lucio (provincia de Burgos). Y tomé tierra en Camino, localidad de la Hermandad de Campoo de Suso. El vuelo que ganó la general fue también un vuelo inédito, entre Cabuérniga y Alto Campoo, sentido ida y vuelta, con un total de 74 kilómetros recorridos.

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Recorrido en Google Maps deFuencaliente a Camino

Háblame de aquella jornada Yo hice el vuelo el 31 de mayo. Fue un día que acabó incluso con tormentas por el desarrollo de nubes que se fueron generando. Aquél día pude coger altura, algo esencial para lograr mi objetivo. Tras despegar en Fuencaliente, tomé rumbo a Mataporquera. Allí pude remontar, ya que de lo contrario hubiera tenido que hacer tierra. Pasé por Olea y crucé hacia Campoo, pasando por encima de Villacantid, hasta Camino. Luego ya no pude continuar, porque cambió el viento a Norte, y me echó para abajo.

¿Llevas algún apoyo terrestre para que te recojan? Ese día fui con un amigo a Fuencaliente, pero él se quedó en aquella zona y yo me lancé a ver hasta dónde podría llegar. Ya sabía que, al tomar tierra, tendría que llamar a mi padre, algo que suele ser habitual. Si hay algún amigo te organizas para la recogida, pero si no, como estaba cerca de casa, llamé a mi padre y vino a buscarme. 

¿Cómo te iniciaste en el Parapente? Este verano voy a cumplir mi segundo año. Conocía a gente de aquí, de la zona, que practicaba este deporte y al final me decidí a probar. A mí siempre me había llamado la atención, pero lo veía peligroso. No deja de ser un deporte de riesgo, pero los riesgos que yo pensaba que había era que me podía pasar cualquier cosa en cualquier sitio o circunstancia. Al final ves que no es así, que dentro de que no controlas todo al 100%, puedes llegar a dominar las situaciones. Yo lo veía como que era algo muy aleatorio, y muy peligroso y por eso no me acababa de decidir. 

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Medallas y certificaciones del logro conseguido

¿Qué te llena más arriba? La sensación de libertad, las vistas… Es difícil de explicar. Es algo que engancha mucho. Pienso que a la mayoría de la gente le encantaría. Cuando lo llegas a controlar, vuelas como un pájaro, a veces vuelas al lado de los buitres, giras con ellos, las térmicas, desplazarte… Cuando estoy sobrevolando montañas, a mí,  que me encanta la escalada, imagínate lo que disfruto. E imagínate las vistas. 

¿Cuáles son tus sitios preferidos? Solemos ir a Valderredible de forma habitual. Pero, como gustarme, me atrae la zona de Selaya, la Vega del Pas…. Me gustaría ir a los Pirineos, o a los Alpes. Todas esas cordilleras son lo mejor para volar para alguien a quien le encantan las montañas, como a mí. 

Aquél percance en Liendo…. Fue por un error mío. En la mayoría de los casos las causas son errores de decisiones que toma el piloto, el parapente no tiene la culpa. Es como en la escalada. Ya sabes lo que hay, o deberías saberlo, y saber que muchas veces tienes la opción de retirarte, de no hacerlo, y en este caso fue debido a error humano. Tú sabes en qué sitios hay remolinos, en qué sitio no debes pasar, o arriesgarte, cuándo debes volar, cuándo no… 

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Víctor en un vuelo en Parapente

¿Qué pasó exactamente? Salí con el viento justo para poder aguantarme. Si va a más, pues bien. Pero si va a menos, vas a ir abajo. Y ese día fue lo que pasó. Cayó el viento, y no me dio para hacer un aterrizaje en zona de tierra. Estaba alejado y no me lo daba para llegar. Eso nos puede pasar otros días, que afloja el viento y no te da para llegar a la zona de aterrizaje prevista, pero como vas sobre tierra no pasa nada. En este caso tienes que extremar más las precauciones, las condiciones de seguridad, porque tienes ahí el agua. 

Tus compañeros enseguida dieron la voz de alarma. Sentido común. Si salgo a volar, habiendo agua debajo en la zona de vuelo, y al cabo de un rato no me ven, es mala señal. Si no hubiera agua, sería menos grave, porque el móvil no se hubiera mojado y ya podría avisar yo, o podría subir a la zona de despegue. Pero claro, al no verme, se hicieron cargo de la gravedad y de que podía haber caído al agua. Aterrizar siempre aterrizas. Si hay tierra no hay problema, tienes que andar más o menos, pero alguien te irá a buscar. En el agua el peligro es mayor. Y por eso, si no te ven, lo más seguro es que estés en el agua.

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Victor, a la derecha, con el resto de premiados