El ciclo de Puente Viesgo se clausura mañana con una conferencia sobre las puntas solutrenses en la cornisa cantábrica

Diego Gárate, ponente del ciclo Puente Viesgo

El ciclo de Conferencias sobre Prehistoria de Puente Viesgo clausurará mañana su trigésima edición con una conferencia del profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Nacional a Distancia (UNED), Francisco Javier Muñoz, sobre 'Las puntas solutrenses en la Cornisa Cantábrica', que se celebrará a las 19.30 horas en los salones del ayuntamiento de la localidad que acoge estas charlas organizadas por la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo desde sus orígenes.

La conferencia de Muñoz cierra una edición influenciada por la Covid-19, que forzó el cambio de escenario habitual del ciclo, y que la entidad organizadora ha dedicado a todos los ponentes que han colaborado con el Ciclo de Puente Viesgo en su ya dilatada trayectoria, ha informado la organización en nota de prensa.

Muñoz sucede en el calendario de conferencias programado este año a su colega Diego Gárate, que analizó los hallazgos arqueológicos en la cueva de Isturitz, cavidad prehistórica ubicada en la localidad vasco francesa de Donemartiri y uno de los referentes del estudio del Paleolítico europeo, tal y como precisó el propio ponente.

Gárate, que estudió el arte parietal y mobiliario de la cueva desde 2011 hasta 2018, recordó que "está geoestratégicamente situada en el contacto entre el mundo pirenaico, la región de Dordoña en Francia y el Cantábrico, lo que implica que se sitúa en el centro de estos tres grandes puntos del arte".

El conferenciante repasó las distintas fases de las excavaciones arqueológicas realizadas en la cueva desde 1920 y matizó que "la estratigrafía estudiada confirma que la cueva fue ocupada en todas las épocas del Paleolítico Superior".

GRABADOS, ARTE MUEBLE Y HASTA 400 ESCULTURAS

Gárate abordó el amplio y diverso patrimonio artístico de la cueva, que incluye grabados de animales (renos, cérvidos, bóvidos, caballos y un pez), bajorrelieves, 182 objetos incrustados en la pared (colorantes, dientes, huesos y sílex), 1.200 piezas de arte mueble, además de 400 esculturas.

"Es mucho más que lo que ha aparecido en la zona cantábrica", matizó el ponente, tras subrayar que "la cueva estuvo habitada mucho tiempo, lo que permitió producir muchas piezas artísticas, sobre todo en el Gravetiense y en el Magdaleniense Medio".

El prehistoriador recordó que la cueva de Isturitz está junto encima de otra cavidad prehistórica, Oxocelhaya, donde también se ha encontrado arte rupestre, en concreto manchas rojas, grabados de animales utilizando el relieve de la pared, dibujos de caballos en arcilla elaborados con los dedos y piezas de sílex.

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