Morales destaca la valentía de Santamatilde al denunciar el deterioro de Altamira en una época "muy complicada"

El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Manuel Morales, ha destacado la valentía del fotógrafo Francisco Santamatilde, al que se deben en gran parte las medidas tomadas a finales de los años 70 e inicios de los 80 
Conferencia del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Manuel Morales
photo_camera Conferencia del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Manuel Morales
Morales se ha pronunciado así en la charla que ha ofrecido este jueves en la Fundación Orense de Ramales de la Victoria, dentro de las actividades culturales de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

Para el catedrático de la UC, la figura de Santamatilde apenas es conocida en la región pese a que su denuncia, en un principio anónima y acompañada de pruebas gráficas, dejó en evidencia el deterioro que había sufrido la cueva en apenas una década.

Santamatilde, según Morales, "tenía muchos factores en contra porque había muchos intereses políticos y económicos entremezclados y fue un tema que molestó a mucha gente, por lo que se intentó tapar lo más posible".

Morales ha recordado que hasta la denuncia del fotógrafo en 1975, otros investigadores habían avisado, por vía interna, del deterioro de las pinturas tanto al Patronato de las Cuevas, como al Ministerio de Cultura y a las distintas autoridades "pero nunca nadie hacía caso de ello porque Altamira era un negocio que movía millones de pesetas, que tenía miles de visitantes diarios".

La primera limitación severa de la entrada de visitantes que se hizo, en el año 1970, era de 1.150 personas al día "y nadie hacía caso, porque a nadie le interesaba cortar ese flujo porque decían que si se cerraba la cueva, iba a arruinar el turismo en Santillana", ha referido.

En 1966, Santamatilde realizó un reportaje fotográfico de varias cueva de Cantabria, becado por la Fundación March, entre las que figuraba la de Altamira. Casi diez años después, en 1975, la revista 'Sábado Gráfico', la de mayor tirada del país, publicó un reportaje a doble página donde se veía, entre otros motivos, la pérdida de color de la cierva del techo de Altamira.

Esta publicación, ha explicado Morales, desencadenó, primero, una reacción de negación del Ministerio, "diciendo que a Altamira no le pasaba nada, que estaba estupendamente, y lo mismo decía el Patronato". Entonces murió Franco y se produjo el cambio de Gobierno. "Inmediatamente, en cuanto cambió el ministro de Educación y Ciencia del que dependía Bellas Artes y el director general, al día siguiente, se nombró una comisión para el estudio científico de Altamira, se restringió aún más la entrada a la cueva, etcétera", ha repasado.

Para Morales, "si no llega a haber habido esa denuncia no sabemos cuánto tiempo más hubiera seguido Altamira".

El catedrático ha destacado la valentía del fotógrafo cántabro, fallecido en 2012, ya que se atrevió a denunciar esta situación en un momento "muy delicado en España, en los días previos a la muerte del dictador, con el fusilamiento de terroristas, y en un contexto económico donde no entraba la posibilidad de cerrar la cueva a los visitantes".

Sin embargo, apuntó el catedrático, "dos años más tarde se cerró la cueva, algo que era impensable antes de la denuncia de Santamatilde".