Se declara inocente el acusado de abusar de su hermanastra, que se ratifica en la denuncia

El acusado de agredir sexualmente a su hermanastra cuando tenía entre ocho y doce años de edad ha negado este martes los hechos en el juicio contra él, en la Audiencia de Cantabria, y en el que se ha declarado inocente, mientras la víctima se ha ratificado en lo denunciado.

Tras la vista, celebrada en la Sección Tercera, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, manteniendo la fiscal del caso su petición de 15 años de prisión, por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a menor de dieciséis.

Tanto el procesado como la chica, que ahora tiene 17 años, han señalado que en el momento de los hechos, que presuntamente tuvieron lugar entre 2016 y 2020, convivían en el domicilio familiar --junto a más hermanos, su madre y el novio de ésta-- aunque ambos dormían en habitaciones distintas.

El enjuiciado, que se encargaba de despertar y preparar el desayuno a la denunciante, a la que saca diez años, y a otra hermana, ha negado que le hiciera propuestas de carácter sexual o tocamientos, ni siquiera jugando, así como tampoco que le enseñara material de contenido pornográfico o que la obligara a masturbarle o a hacerle felaciones.

Asimismo, y de acuerdo con su versión, no ejerció fuerza ni violencia física sobre la menor para conseguir dichos propósitos, de modo que tampoco la tenía "aterrorizada" con el mismo fin: "Vivía de lujo, no tenía ni miedo ni nada", ha zanjado.

Y al tiempo que ha asegurado que "nunca" la manoseó, el joven ha sentenciado que "jamás" se metió en el mismo cuarto o durmió con su hermanastra, que ha indicado lo contrario. En concreto, ha señalado que a veces iba a la habitación de él, por indicación de su madre, cuando no podía dormir y debido a que tenía una cama "más grande".

EL DESENCADENANTE

El enjuiciado ha aseverado que se llevaba "muy mal" con la víctima, que "diariamente" le insultaba e incluso amenazaba, precisando que era por culpa de su abuelo, "un manipulador, racista y abusador de mi madre" que "inculcó ideas" a la menor, apuntando que fue ese "el desencadenante" de la denuncia.

En paralelo, ha dicho que la relación entre progenitora e hija era "buena", pero se fue "desviando", extremo que ha achacado igualmente al abuelo.

De su hermanastra ha indicado que "se avergonzaba" de su familia o que "siempre se quería salir con la suya", añadiendo a este último respecto que, si no lo lograba, "gritaba y amenazaba", hasta que "al final me como yo el marrón", ha apostillado.

Por su parte, la joven ha corroborado los hechos denunciados, recogidos en el escrito del ministerio público, y según los cuales su hermanastro se aprovechaba de los momentos en que su madre no estaba en casa y "proponía o forzaba a realizar conductas sexuales" a la menor para satisfacer sus deseos.

Así, en "numerosas noches le mostraba pornografía en su teléfono móvil y le proponía practicar posturas sexuales", mientras que en algunas ocasiones la agarraba por el cuello y la forzaba a realizarle felaciones o masturbarle. Y en otras, conseguía el mismo propósito diciéndole que "si se lo contaba a su madre la violaría".

Además, cuando cumplió diez años "de forma frecuente le manoseaba los pechos, glúteos y vagina", y cuando tenía doce "en repetidas ocasiones le propuso tener relaciones sexuales", lo que no consiguió debido a la resistencia de la menor.

ANGUSTIA Y MIEDO

La joven ha explicado que a veces todo eso ocurría "muy seguido", y que luego el acusado "paraba un tiempo y volvía" a hacerlo. Ha expresado que lo pasó "muy mal" y "con mucha angustia", y que al principio no contó nada porque estaba "asustada" y convencida además de que su madre no la iba a creer.

"Si se lo decía, sabía perfectamente que no me iba a creer y que me hablaría fatal", se ha justificado, antes de apuntar que cuando su progenitora se enteró de la denuncia se tuvo que ir de casa a vivir en una unidad residencial.

EXPLOTÓ

Lo contó todo un día "explotó", a principios de verano de 2020 cuando se quedó a dormir en casa de una amiga, que a su vez se lo trasladó a un tío suyo que era policía. En este punto, ha detallado que los abusos y tocamientos cesaron a principios de ese año, y que si lo relató meses después era "por si volvía a pasar".

Para la Fiscalía, estos hechos constituyen un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a menor de dieciséis años, merecedor de quince años de prisión, veinte de alejamiento y prohibición de comunicar con su hermanastra, ocho de libertad vigilada y diecinueve de inhabilitación para desempeño con menores.

En concepto de responsabilidad civil, solicita el ministerio público que el acusado indemnice a la chica en 30.000 euros por los daños morales que le ha causado.