El acusado y la víctima coinciden en que eran "follamigos" pero discrepan en el consentimiento de las relaciones

El joven dice que el acto sexual fue "espontáneo" y la chica asegura que "no quería hacer nada: me eché a llorar, no sabía decir no"

El acusado de abusar sexualmente de una menor de 17 años, inestable psicológicamente y que residía en un piso tutelado, ha explicado que eran "follamigos" y que habían mantenido relaciones sexuales en tres ocasiones anteriores al acto denunciado, que fue "espontáneo" y con consentimiento, incluso en la penetración anal, que hizo "con todo el cuidado y amor del mundo".

Sin embargo, la chica ha reconocido que fueron "follamigos" pero solo al principio, ya que después -ha aclarado- le dijo que no quería tener más relaciones, pese a lo cual él insistió y la "convenció" para ir a su casa, donde sucedió todo hace ahora un año: "Me eché a llorar. No sabía cómo decir que no".

"Si una persona está llorando es evidente que no quiere. No me salía la palabra 'no'. Yo sufro ataques de pánico y me quedé bloqueada", ha relatado la víctima, para reiterar que "no quería hacer nada". "Hubo relaciones sin consentimiento y eso es una realidad", ha sentenciado este martes en el juicio contra el joven, que se enfrenta a seis años de cárcel que pide el fiscal.

Y es que el representante del ministerio público ha elevado a definitivas sus conclusiones tras la vista oral, celebrada en la Audiencia Provincial de Cantabria, al igual que han hecho las otras dos partes.

Así, la acusación particular -que ejerce la perjudicada- ha ratificado los ocho años de prisión demandados, mientras la defensa ha insistido en la libre absolución de su patrocinado, al entender que existen "dudas y lagunas" pero no prueba de cargo suficiente.

Al margen del acusado y la denunciante, ante la Sala de la Sección Primera también han comparecido las médicos forenses que examinaron a la menor, que ahora tiene 18 años, y que tras la exploración no apreciaron lesiones ni secuelas relacionadas con este episodio, ya que las psicológicas que presentaba eran "antecedentes", al estar relacionadas con patologías previas.

ERAN AMIGOS QUE QUEDABAN PARA TENER RELACIONES SEXUALES

Durante el interrogatorio, el acusado ha relatado que eran "follamigos", es decir, amigos que quedaban "simplemente" para tener relaciones sexuales, como había sucedido tres veces antes de los hechos denunciados.

Así, de acuerdo con su versión, sabía que vivía en un piso tutelado pero desconocía su estado psicológico, tan solo que ella "desconfiaba" de las personas y que tenía "problemas familiares", por los que estaba "mal" el día en cuestión.

Según ha explicado a preguntas de todas las partes, esa jornada se encontraron en un bar y quedaron en ir al domicilio, donde le presentó a su madre -que ha detallado que la vivienda "es muy pequeña y se oye todo"- y se encerraron en la habitación con pestillo.

En principio, iban a ver también una película, extremo que al final no llevaron a cabo porque quedaron más tarde de lo previsto y "no nos daba tiempo", debido -ha explicado- al toque de queda por el Covid, así que pasaron a tener las relaciones.

En este punto, ha señalado que al principio ella estaba llorando porque no se encontraba bien "anímicamente", por lo que él empezó a consolarla, acariciarla y besarla, algo que fue "recíproco totalmente" y así surgió el acto "espontáneo", con sexo oral, penetración vaginal y también anal.

"Le comenté si quería y me dijo que sí", ha manifestado sobre esta última práctica y antes de indicar que no entiende a qué obedece la denuncia. "En todo momento fui respetuoso".

Y tras detallar que la chica solo se desnudó -a petición de ella y con ayuda de él- de cintura para abajo, ha negado que estuviese llorando durante las relaciones o que le dijese que parara, de modo que no hubo "ningún rechazo en ningún momento". Al terminar, ha indicado que estuvieron hablando "tan tranquilos", y que él se puso a cantar a solicitud de la menor, que se tomó mientras una cerveza.

Después de este encuentro, coincidieron mes y medio después en un parque, cuando la joven iba con su madre. Fue una situación "muy violenta: pensé que me iban a pegar", ha rememorado. Este episodio, que la víctima ha achacado a un ataque de "ira", en el que le llamó "violador" y le reprochó que le había "jodido la vida", fue grabado por amigos de él y los vídeos se han reproducido en la vista oral.

EN NINGÚN MOMENTO DIJE LA PALABRA NO: MO ME SALÍA, ESTABA EN SHOCK

En la misma también ha declarado la denunciante, que ha apuntado igualmente que eran amigos y tenían relaciones "esporádicamente", pues no quedaban "mucho". Así, aunque eran "follamigos", luego ella le estuvo diciendo durante "meses" que no quería volver a verse con él, pues "sabía para lo que quería quedar" y ella no quería.

También han coincidido ambos en que él quería conocerla más e incluso iniciar una relación afectiva, pero ella no estaba "preparada" para mantener una "con nadie".

Del día de los hechos la chica ha manifestado que no estaba "bien emocionalmente" y que tras coincidir en el bar se escribieron. Y como ella es una persona "influenciable" y "fácilmente manejable" -según se ha descrito-, él la "convenció" para ir a su casa, a la que fue "voluntariamente". "No suelo decir que no a las cosas. Tengo como miedo a decir que no", se ha justificado.

Una vez encerrados en el dormitorio para "estar más tranquilos", ella se puso a llorar, mientras él trataba de tranquilizarla asegurando que "no iba a pasar nada de lo que pudiera arrepentirse" o que ella no quisiera hacer.

Pero al final, "hubo penetración por todas partes" y también sexo oral, extremo este último que la denunciante ha asumido que practicó al denunciado, aunque ha insistido en que "no" quería. "Yo no podía decir 'no'. En ningún momento dije la palabra 'no'. No me salía. Estaba bloqueada, en shock. Me quedé callada", se ha expresado.

También ha manifestado que él le dijo que iba a "tener cuidado, pero cuidado ninguno", ha lamentado, antes de indicar que si bien se puso gel para el sexo anal, también la "tapó la boca", mientras decía "no pasa nada" y ella seguía "llorando", pese a lo cual el continuó.

A cuestiones del fiscal y de su abogado, la joven ha indicado que se fue del piso del chico a pesar de que él la invitó a quedarse a dormir allí esa noche, y que se marchó con la sensación de que "todo el mundo sabía todo" lo que allí había pasado.

AVANCES QUE SE TRUNCAN

Ha agregado que a raíz de estos hechos no podía dormir en su cuarto sola y tenía que tener todo abierto. Así, empezó a pernoctar en el salón y a "desvariar": "No tenía pensamientos acordes. Era un desbarajuste total", ha rememorado, para añadir que tras esto sufrió "más ataques de ansiedad y miedos" y acabó ingresada en psiquiatría.

En consecuencia, y tras dos años en el piso tutelado con una "trayectoria muy buena", retrocedió "pasos atrás" y no pudo seguir "mentalmente" en él y la "echaron", aunque las responsables del mismo han aclarado que no fue expulsada como tal, pues a partir de los 18 años y hasta los 21 la estancia es voluntaria.

La educadora social ha corroborado que estaba haciendo "avances" que "se truncan", de modo que la convivencia resultó "un poco más complicada". De los hechos, ha ofrecido detalles que no ha dado la víctima, como que el acusado la agarró del cuello o que la puso la mano en la cara para "forzar una sonrisa", extremo este último al que también se ha referido la coordinadora de la vivienda, para quien él sabía la situación psicológica de ella..

Pero en el derecho a la última palabra, el chico ha alegado que quedaban y mantuvieron relaciones sexuales "tres o cuatro veces. Dígame Usted si ahí se puede hablar mucho de la vida", ha planteado al tribunal, reiterando que "de su vida prácticamente no tenía ni idea", solo la desconfianza de la gente y problemas familiares. "Eso, hoy en día, le pasa a cualquiera", ha concluido