El acusado de abusar de la hija de su nuera lo niega: "No tengo nada que temer y tengo toda la razón del mundo"

El fiscal y la acusación particular, ejercida por la madre de la menor, ratifican los doce años de cárcel y la defensa, la absolución

El acusado de abusar sexualmente a una menor a la que cuidaba, hija de su nuera, ha negado este martes los hechos en el juicio contra él en la Audiencia de Cantabria, en el que ha achacado la denuncia a la "mala relación" con la pareja de su hijo.

"No tengo nada que temer y tengo toda la razón del mundo", ha manifestado durante el ejercicio del derecho a la última palabra, en el que también ha expresado que este proceso deriva de una "argucia muy bien requetemontada" y constituye "un rollo más que barato".

Previamente, durante el interrogatorio de las partes, el hombre -que se enfrenta a doce años de cárcel- solo ha contestado a preguntas de su abogado, al que ha señalado que la madre de la víctima le había advertido en su día de que se "iba a comer un buen marrón".

Mientras, la niña se ratificó en lo denunciado en la declaración realizada dos meses después, cuya grabación que se ha reproducido como prueba preconstituida en la vista, desarrollada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial.

En el vídeo relata cómo el procesado se metía en una cama de su vivienda donde ella dormía con otros dos hermanos menores, las noches que se quedaban allí por motivos laborales de sus padres, y la realizaba tocamientos con una mano -con la otra agarraba la suya-, en la barriga y la vulva, llegando a introducir los dedos en la vagina.

También, que le daba besos "en el morro" y "con lengua" mientras ella "apretaba los dientes", y que a veces, cuando se ponía contra la pared y juntaba las piernas, él hacía fuerza para intentar separárselas mientras le decía "abre las piernas", haciéndole "daño".

Los hechos narrados, que "al principio" duraban unos "quince minutos" pero en ocasiones "media hora", ocurrieron supuestamente cuando la menor tenía entre ocho o nueve años y hasta los doce, momento en el que contó -en enero de 2021- a su madre que el enjuiciado abusaba de ella, a través de WhatsApp y en un momento en el que su progenitora estaba confinada por Covid-19.

Oídas las versiones del procesado y la víctima, así como de diferentes testigos y peritos, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, ratificando el ministerio público la petición de doce años de cárcel por un delito de abuso sexual a menor de 16 años agravado, por ser el cuidador de la niña, y cometido de forma continuada, durante "al menos" tres años.

También reclama diez años de libertad vigilada tras la salida de prisión, alejamiento durante el mismo periodo e inhabilitación para oficio con menores durante cinco años superior a la pena de prisión.

Y en concepto de responsabilidad civil, solicita que el hombre sea condenado al pago de una indemnización de 9.000 euros a la pequeña por los daños morales causados.

Peticiones que coinciden con las reclamadas por la acusación particular, que ejerce la madre de la niña, y que igualmente ha elevado a definitivas, mientras que la defensa ha insistido en la libre absolución de su patrocinado.

CONTRADICCIONES 'VERSUS' CREDIBILIDAD

Este último abogado ha incidido en las "muchas contradicciones", "imprecisiones" y "vaguedades" en las que habría incurrido la menor en diferentes declaraciones, relacionadas con las zonas de los tocamientos, los momentos del día en que se producían o los años y la edad a la que tuvieron lugar. "No nos salen las cuentas", ha dicho.

Sin embargo, tanto el fiscal como el letrado de la acusación particular consideran "coherente" y "muy coincidente" la versión de la víctima, que ofrece "detalles concretos" sobre lo ocurrido y la convivencia familiar, así como la "pertinencia" en sus declaraciones ante la Guardia Civil primero y en la prueba preconstituida después.

También han rechazado motivación de la denuncia por la mala relación de la madre de la niña con el padre de su pareja, como refleja la "sorpresa" al saber de lo sucedido, lo que denota un "desconocimiento previo". En este sentido, no creen que la mujer "aleccionara" a su hija.

La trabajadora social y la psicóloga que analizaron el testimonio de la víctima concluyeron que tenía credibilidad, al encontrar 13 indicadores de un total de 19 compatibles con tal extremo, según la metodología internacional usada para estos fines. Lo que no hallaron fue "ningún" indicador o "motivación" para "denunciar en falso".

Igualmente, apreciaron un cambio social "muy importante" y el consiguiente daño, derivado de que a raíz de estos hechos la pequeña dejó su unidad de convivencia -su madre, padrastro y dos hermanos- y pasó a vivir con su padre.

También constataron una "leve afectación" por lo sucedido y aunque no pudieron determinar secuelas en el momento de la exploración, tampoco descartaron que pudieran aparecer en el futuro.

Por su parte, las forenses que examinaron a la niña el mismo día de la denuncia no encontraron ninguna lesión durante la exploración ginecológica.

"NO TE QUEJES, QUE TAMPOCO TE HE TOCADO TANTO"

Entre los testigos que han declarado en el plenario, que ha quedado visto para sentencia, figuran el padre de la víctima, que ha manifestado que su hija era "muy viva la vida" y "alegre", constrastando que lo ha pasado "mal" y ha sentido "angustia" a raíz de los hechos, detallando que la encontró "nerviosa" cuando denunció.

La madre de la niña ha corroborado la mala relación con el padre de su pareja, pues "no aceptaba la relación" que ella mantenía con su hijo. "Nos caíamos mal. No nos hablábamos", ha señalado.

Cuando la menor le contó los abusos a través de mensajería instantánea, la llamó y pidió que no dijera nada a nadie, mientras avisó a la Guardia Civil y a Servicios Sociales, al estar ella en cuarentena por la pandemia.

En el momento de la llamada, ha indicado que escuchó "de fondo" a la esposa del procesado insultando a la niña mientras esta lloraba, y ha agregado al respecto que la mujer "ese día no la dio de comer por mentirosa".

Y también ha apuntado que antes de acudir al cuartel, la mujer del procesado puso a éste al teléfono con la pequeña, a la que supuestamente manifestó "no te quejes, que tampoco te he tocado tanto".

Esa testigo ha comentado por su parte que alguna vez, cuando se quedaba a dormir en su casa con sus hermanos, 'pilló' a la niña viendo "películas pornográficas" en la televisión.

Sobre el día que se denunciaron los hechos, ha indicado que la menor se abrazaba a ella mientras le decía "tu marido es un sinvergüenza". "No me dijo nada más. Luego me he enterado de las mentiras", ha agregado, para manifestar que la niña es "muy mentirosa" y opinar que todo lo relatado se lo "inculcado la madre" porque "tiene mucha rabia a mi marido", según ha concluido.