Unidas por Santander (UxS) ha presentado enmienda a la totalidad a los presupuestos municipales para 2022, que considera "falsarios y fraudulentos" y que demuestran, un año más, una "creciente aversión" a los servicios públicos, al aumentar su externalización.
Así lo ha señalado este lunes en rueda de prensa el portavoz de la formación, Miguel Saro, quien ha expuesto los puntos por los que UxS ve "inútil" este documento, que a su juicio, más que expresar las verdaderas intenciones del gobierno local, muestra "su real incapacidad de gestión", tanto en el área de gastos como en la de ingresos.
En la enmienda, UxS destaca la "total incapacidad" de cumplimiento de compromisos por parte del equipo de Gobierno (PP-Cs), su uso "constante" de modificaciones de crédito para financiar los servicios esenciales, así como la "abrumadora externalización" de servicios y la "crisis" en la que están sumidos. Además, pone de relieve el "bloqueo" de la función de control y fiscalización y la "ausencia" de herramientas de participación pública.
También critica que los ingresos están fijados "de forma insolidaria y no progresiva" y la "falta total" de compromiso en las inversiones, así como la "ausencia de planes" para resolver los problemas.
En cuanto a las inversiones, Saro ha destacado que es "muy improbable" que las partidas contempladas en el presupuesto lleguen a iniciarse en el ejercicio 2022 y ha remarcado la "poca utilidad" de las mismas, dado su "escaso compromiso" de ejecución real.
Así, mientras "en el papel" su importe total asciende a 40,2 millones de euros, el compromiso de financiación mediante ingresos corrientes se reduce a 2,9 millones, "un 2,9% del total", ha indicado Saro, que ha señalado "la dependencia" al préstamo bancario de 22,6 millones de euros y a la transferencia de otras administraciones, como los fondos europeos.
En materia de ingresos, ha denunciado que las cuentas "mantienen la política del PP de recaudar lo más posible, de la forma menos progresiva" e imponer a los ciudadanos "una gran carga fiscal per cápita, muy por encima de otras capitales y de la calidad de los servicios que reciben", sobre todo teniendo en cuenta la carga delimpuesto del patrimonio.
El edil ha destacado que, al tiempo que el equipo de gobierno "vende" una bajada los impuestos directos, principalmente por la reducción del ingreso que implicaba la Plusvalía Municipal, "aumenta" los indirectos de 8,3 millones de euros a 11,1, con lo que elAyuntamiento "recupera" los menores ingresos en otras áreas.
Además, ha vuelto a denunciar la "abrumadora externalización" de los servicios municipales", en una "huida de la gestión y de la rendición de cuentas, de la mano de las más extremas maniobras de bloqueo a la oposición".
Según ha dicho, en este ejercicio Santander ha aumentado "en diez millones" los gastos en la externalización de servicios, "logrando que estos supongan un 50 por ciento del total de gasto no financiero, mientras que la media de las entidades locales españolas es del 31,8 por ciento".
A su juicio, la política privatizadora "ha superado todos los límites" al externalizar también la función de control público que realiza el responsable del contrato de limpieza viaria y recogida de basuras. Todo, en una legislatura en la que "ha estallado" la crisis de los servicios públicos, debido a la falta de control municipal sobre los "incumplimientos" de las contratas adjudicatarias durante años.
Saro también ha lamentado que las cuentas "no reflejen" las nuevas necesidades tras la crisis sanitaria, social y económica. "El Ayuntamiento podría seguir con presupuestos prorrogados desde hace 10 años y no habríamos notado ninguna diferencia en nuestra ciudad", ha dicho, tras incidir en que, a falta de la liquidación total de las cuentas ejecutadas en 2021, ya se aprecia que la ejecución de las partidas destinadas a paliar la crisis "no ha llegado ni al 60 por ciento".
En suma, para Saro los presupuestos de 2022 son propios de un Gobierno "incapaz no solo de gestionar eficazmente", sino de diseñar "estrategias útiles" para resolver los problemas que vive desde hace decenios la ciudad, como los servicios públicos, la atención social primaria, la falta de suelo productivo, la excesiva dependencia del modelo de ciudad de servicios, la ausencia de un parque público de vivienda social y la carencia de alternativas en movilidad sostenible.
