La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander ha aprobado el expediente para contratar las obras de la reordenación parcial de la planta baja del Mercado de la Esperanza, por un presupuesto de 863.650 euros y un plazo de 5 meses.
Esta actuación estará financiada en el marco de las ayudas para el apoyo a Mercados del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del que se ha beneficiado el Ayuntamiento con el proyecto 'Comercio de Santander. Camino de la excelencia'.
La intervención mejorará las condiciones de trabajo de los comerciantes y su capacidad de prestar un mejor servicio, ampliando además el abanico de actividades de dinamización social que podrá albergar este espacio, según ha indicado el Consistorio en un comunicado.
Con este proyecto, se optimizará la planta baja, especialmente los espacios comunes, y en concreto el puesto de control de los vigilantes municipales y la sala de reuniones de la Asociación de Comerciantes, así como los aseos y vestuarios del personal del mercado y los aseos públicos.
Asimismo, se creará un aula de cocina versátil, donde podrán desarrollarse actividades en grupo y también se creará un nuevo almacén general para los comerciantes.
El concejal de Comercio y Mercados, Álvaro Lavín, ha señalado que el objetivo es que la remodelación finalice este mismo año y que los comerciantes ya conocen este proyecto a través de la asociación.
Igualmente, ha recordado que próximamente está previsto presentar las conclusiones del estudio de alternativas de futuro de este espacio, que servirá de orientación a lo que deberá ser el próximo Mercado de la Esperanza una vez que finalicen las actuales concesiones en 2032.
Según ha afirmado Lavín, este 2024 será "clave" para los mercados municipales, ya que los comerciantes del de Puertochico estarán este año ubicados definitivamente en sus nuevos puestos y ya está en marcha también la tramitación para la reforma y explotación del Mercado de México.
MERCADO DE LA ESPERANZA
El Mercado de la Esperanza fue proyectado por los arquitectos Eduardo Reynals y Juan Moya en 1897. Su importancia arquitectónica e histórica radica en que es una de las grandes y escasas muestras de arquitectura en hierro decimonónica conservadas en España.
Fue inaugurado el 10 de abril de 1904, mereciendo sus artífices la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y en la actualidad se trata del mercado de este tipo más grande de Cantabria, dedicado fundamentalmente a la alimentación.
En concreto, la planta baja se dedica a la venta de pescado y marisco, mientras que la alta está destinada a la venta de productos cárnicos, lácteos, frutas y verduras.
