Representantes de la Asociación de Ucranianos de Cantabria Oberig, miembros de la Corporación de Santander, trabajadores municipales y ciudadanos han participado este mediodía en el minuto de silencio que los días 24 de cada mes convoca el Ayuntamiento desde el inicio del conflicto para condenar la guerra en Ucrania, que cumple ya cuatro meses, y en apoyo a los ciudadanos de este país.
Un apoyo que va perdiendo fuerza con el paso del tiempo, según ha afirmado la presidenta de la asociación, Mariya Kurnytska, que ha considerado que este hecho es "normal, pasa con todo", pero que ha advertido que la guerra "no solo sigue sino que cada día estamos perdiendo muchos soldados y a nuestra gente, aunque gracias a ellos la guerra no ha entrado en Europa".
En declaraciones a Europa Press, Kurnytska ha asegurado que los ucranianos "seguimos sufriendo mucho y los cántabros y los europeos nos están apoyando, pero si nos dejan de apoyar, no tenemos tanta fuerza para parar al enemigo".
En este sentido, Kurnytska ha llamado a continuar secundado las muestras de solidaridad con su pueblo. "Pedimos a los ciudadanos que estén con nosotros para de este modo notar apoyo, un hombro a hombro. No todo el mundo puede ayudar con dinero pero al menos sentir que no estamos solos".
Además, ha comentado que las noticias que les llegan de su país advierten que no hay armas, comida, ni materiales sanitarios. "Falta ayuda allí y aquí", ha dicho.
También ha recordado que los refugiados ucranianos que estaban viviendo en hoteles en Cantabria ahora, con el inicio del verano y la temporada alta en el sector, tienen que dejarlos, y serán trasladados a la residencia de la Universidad del Atlántico, pero el problema "volverá tras el verano", ha considerado
Al respecto, el vicepresidente de Oberig, Sergio Huzar, ha avanzado que puede haber problemas para encontrar viviendas de alquiler pues hay inmobiliarias que no quieren tratar con ucranianos. "Es gente que está buscando trabajo, van a salir de Cruz Roja y luego qué va a pasar", se ha preguntado Huza, que ha expresado su preocupación ante esta situación. "Piden contratos de trabajo, pero la situación no es normal, son refugiados de una guerra", ha apuntado la presidenta.
Respecto al trabajo, Kurnytska ha agradecido las ofertas de empleo --si bien ha recordado que existe el problema del idioma--, así como los actos solidarios de apoyo. "Más importante que el dinero, es que estamos todos juntos; el apoyo de la gente es muy necesario", ha reiterado.
"En paralelo a la cumbre de la UE, hago un llamamiento a todo el mundo civilizado desde la Asociación Ucraniana Oberig, desde los ucranianos de Cantabria: Ucrania ha definido su lugar en Europa y en la Alianza Atlántica. Ucrania es Europa. Ucrania en la OTAN", ha concluido.
IGUAL LLAMA A "NO OLVIDAR"
Por su parte, la alcaldesa ha hecho un llamamiento para no olvidar que el pueblo ucraniano sigue sufriendo "la barbarie de la guerra", cuatro meses después de que empezara la invasión rusa.
"El paso de los días no nos puede acostumbrar al horror ni podemos dejar de prestar la máxima atención a los más de mil ucranianos que viven en Cantabria y a las personas que están llegando huyendo de la guerra", ha indicado la regidora.
Igual ha reiterado la condena del Ayuntamiento de Santander a la invasión rusa y se ha sumado a la petición de la comunidad internacional para que Rusia retire sus tropas y ponga fin "a una agresión totalmente injustificada que está causando centenares de muertos cada día y la devastación más salvaje de todo un país".
Además, ha recordado a los ciudadanos que sigue en marcha el dispositivo de recogida de ayuda humanitaria para Ucrania, y ha destacado el trabajo promovido por el Ayuntamiento de Santander, a través de la Concejalía de Cooperación y la Oficina Municipal de Cooperación Social (OICOS), así como la generosidad de vecinos, empresas, instituciones de toda la región y organizaciones como Cruz Roja, la agrupación de Protección Civil de Santander o los Bomberos Voluntarios que se han sumado a esta iniciativa y otras desplegadas en la ciudad en apoyo de la comunidad ucraniana.
