El policía que reconoció al acusado del 'after' dice que "desapareció del mapa" tras el crimen

El agente que recopiló grabaciones de seguridad cree que "no hay duda" sobre los autores pues no se ven "más personas" por la calle
photo_camera Policia Nacional

El policía nacional que reconoció al principal acusado por la muerte de un hombre a la salida de un 'after' de Santander ha explicado que sabía quién era de otras intervenciones anteriores y ha indicado que tras los hechos, que sucedieron en agosto de 2018, no volvió a saber de él hasta su detención por el crimen.

"Para mí, personalmente, despareció del mapa", ha expresado el agente este jueves en el juicio contra S.L.G. por el apuñalamiento mortal en el local, ubicado en la calle Barcelona de la ciudad, que se celebra con jurado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria.

En la tercera sesión ha continuado la prueba testifical con la declaración de más efectivos que participaron en la investigación, entre ellos el que reconoció al sospechoso por conocerlo de "bastantes" identificaciones -aproximadamente una decena en los trece años de servicio que lleva en la capital cántabra-, la última en torno a un mes y medio antes de lo ocurrido y por tener el implicado el coche aparcado en doble fila frente a un bar.

Así, le identificó cuando efectivos encargados de las pesquisas le mostraron varias imágenes extraídas de las grabaciones de diferentes cámaras de seguridad recopiladas días después de la agresión.

"En ese momento, le tenía reciente, y por eso le pude reconocer en el fotagrama", ha indicado el policía, que ha rememorado que manifestó "es 'Maca', Santiago Larralde" a sus compañeros cuando le mostraron las imágenes, seis en total y en dos de las cuales aparecía el sospechoso.

Ha explicado que sabía cómo se llamaba porque era alguien "conocido" por frecuentar lo que en el Cuerpo denominan 'puntos negros' o 'sitios conflictivos', por trapicheos de drogas por ejemplo.

Además, en una ocasión, cuando el encausado era menor de edad, le había detenido por conducir una moto sin carné y tras una persecución a 140 kilómetros por hora. Este tipo de situaciones "te ponen al límite y hacen que cuando vuelvas a ver a esa persona la reconozcas", ha abundado.

Por eso, sabía su nombre, primer apellido y también el apodo. Y "como sé quién es, cuando veo la foto, sé que es esta persona", ha insistido el policía durante el interrogatorio de las partes, a las que ha señalado que le había levantado actas por sustancias estupefacientes pero no por armas.

El agente, que también sabía dónde residía o quiénes eran sus familiares, ha destacado que siempre había visto a S.L.G. por las mismas zonas, cercanas a su domicilio o el de sus allegados, pero tras el asesinato -por el que la fiscal pide 20 años de cárcel- no le volvió a ver ni hallaron tampoco "ningún rastro" de él durante los meses que le estuvieron buscando. "Desapareció", ha resumido.

También ha respondido este testigo a preguntas de las acusaciones -Fiscalía y familia de la víctima- y defensas -su abogado y el de su primo, D.L.G., acusado por dar una patada en la cabeza al apuñalado cuando yacía en el suelo-. Ha indicado que es de complexión normal - "no se le ve gordo, tampoco musculoso", ha opinado-, con pelo corto que solía llevar "arreglado" pero no le "suena" que de color rubio.

SE COMPLICÓ LA INVESTIGACIÓN PORQUE EL SOSPECHOSO HUYÓ

En la sesión también ha declarado otro policía, que lleva cuatro décadas en el Cuerpo, en concreto en la Policía Judicial, y de las que los tres últimos lustros ha trabajado en Santander, y desde hace cinco en homicidios.

Este agente se encargó de recopilar y visionar imágenes de cámaras de seguridad en discotecas y bares, así como establecimientos comerciales o portales en las inmediaciones del 'after'.

A su juicio, la investigación por este caso fue "más bien corta", pues al cabo de unos diez días habían identificado ya al acusado, tras cuya pista se pusieron a raíz de una llamada al teléfono móvil que extravío junto al 'after'. Llamada que realizó su suegra cuando el terminal estaba custodiado en comisaría, ya que se pensaba incluso que podía ser de la víctima que acababa de morir en el Hospital Valdecilla -unas tres horas después de la agresión- pero que no había sido identificada aún.

Tras la conversación con esa mujer y la posterior identificación del sospechoso en los fotogramas, el caso se podría haber cerrado en "menos de un mes" en opinión de este experto, que ha achacado la demora a la "huida" del principal incriminado, que fue detenido meses después en la localidad toledana de Seseña en un piso alquilado con la identidad de otra persona. "Se complicó la investigación porque el detenido huyó", ha esgrimido.

NO HABÍA MÁS GENTE POR LA CALLE BARCELONA

Y de las grabaciones de las cámaras de seguridad recabadas ha indicado que, tras el visionado de las mismas y ajustes de desfases horarios entre unas y otras, se ve que a la hora en que sucedieron los hechos, en torno a las nueve y media de la mañana del 18 de agosto de 2018, por la calle Barcelona "no pasaba absolutamente nadie" y se ve además "perfectamente la pelea" entre acusado y víctima, desencadenada al parecer tras una discusión de ambos por una chica.

"Los hechos no llegan ni a un minuto de duración", desde que los agresores llegan en un coche y "salen corriendo", ha enfatizado este agente durante el visionado de las grabaciones en la sala, ante los miembros del tribunal del jurado, a los que ha manifestado que todos los testigos de los hechos "desde el minuto uno cuentan lo mismo", acerca de lo que pasó y la descripción y vestimenta de los implicados -pantalón vaquero y camiseta blanca en el caso del principal acusado-.

"Y cuando vemos las imágenes", ha concluido, "no hay posibilidad de duda porque no hay más personas".

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