Frente de Santander alerta de "posible destrucción" de restos de muralla de I Guerra Carlista en antigua Tabacalera

Restos de muralla de la I Guerra Carlista en la antigua Tabacalera
photo_camera Restos de muralla de la I Guerra Carlista en la antigua Tabacalera
El colectivo Frente de Santander ha alertado de la "posible destrucción" de los restos de la muralla de la Primera Guerra Carlista que se localizan en la parcela de la antigua Tabacalera, en la calle Alta, a causa de las obras de construcción de las viviendas de protección oficial (VPO) proyectadas en la misma.

En un comunicado, este colectivo señala que esta muralla es "uno de los dos únicos vestigios" de construcciones defensivas dela Primera Guerra Carlista (1833-1840) que se conservan en la ciudad, junto al tambor aspillerado de la batería de Cabo Menor.

Por ello, ha solicitado a las Administraciones competentes la documentación completa de la muralla, su catalogación como parte del patrimonio de la ciudad y su conservación --"o al menos la de una parte significativa de ella"-- e integración en el proyecto de construcción de las VPO, con su consiguiente puesta en valor.

También espera que la obra cuente con seguimiento arqueológico, atendiendo a la "rica historia" que, según señala, tiene este lugar, tanto desde el punto de vista militar --fuerte-- e industrial --fábrica de tabacos--, así como del de la evolución del entramado urbanode la ciudad -huerto monástico en el Arrabal de Fuera la Puerta, además de por su cercanía a dos Bienes de Interés Cultural como son el Hospital de San Rafael y el propio Convento de Santa Cruz.

Concretamente, Frente de Santander ha detallado que los restos de esta muralla son un vestigio de parte del lienzo de la muralla que bajaba desde el fuerte de Santa Cruz, levantado en las inmediaciones del convento del que tomó su nombre.

Frente de Santander ha detallado que el fuerte y la muralla datan de los años 1834-1836 y formaban parte de un ambicioso plan de defensa de la ciudad que contemplaba la construcción de otros tres reductos --los fuertes de María Cristina, de Isabel II y de López Baños, hoy desaparecidos-- en el Paseo del Alta, otros tramos de muro cerrando elacceso a la ciudad por el oeste y el reforzamiento de las baterías y fortificaciones costeras.

Ha explicado que su función era la de proteger la ciudad, cuyasedificaciones llegaban justo hasta ese punto en aquellos momentos, de un posible ataque carlista y aparecen recogidos en un plano militar de 1847 que reproduce el realizado por el teniente de navío José Mathé diez años antes.

El colectivo ha detallado que los restos consisten en un tramo de muro de mampostería de aproximadamente 50 m de longitud por algo más de 4 m de altura y una anchura de unos 50 cm, a lo largo del cual se abren una serie de aspilleras para fusil de pequeño tamaño.

Éstas están abocinadas al interior y son de dos tipos diferentes: las del extremo norte, situadas a una cota más baja y en cuya factura se utilizaron ladrillos, y el resto, ubicadas en lo alto del muro y abiertas directamente en la mampostería.

La localización de estas últimas indica la existencia de una plataforma interior de madera adosada a la pared sobre la que se colocarían los soldados para abrir fuego, mientras que los distintos tipos de obra podrían señalar una datación más antigua para algunas de ellas; concretamente de la Guerra de la Independencia.

Este colectivo ha recordado que el convento de Santa Cruz fue utilizado como cuartel y como hospital militar tanto por las tropas francesas como por las británicas durante esa contienda, por lo considera "muy probable" que también levantasen posiciones fortificadas en sus inmediaciones.