La Fiscalía eleva a 18 años de cárcel la petición para los dos acusados de agresión sexual y ve "increíble" su versión

Los dos acusados de agredir sexualmente a una chica sentados en el banquillo durante el juicio en la Audiencia de Cantabria

La Fiscalía ha elevado de 13 a 18 años de prisión su petición de pena para los dos acusados de agredir sexualmente en un hostal de Santander a una chica a la que acababan de conocer, y ha considerado que la versión que han dado en el juicio es "increíble" y "materialmente imposible".

El aumento de la pena se debe a que el fiscal entiende que ambos se intercambiaron a la chica mientras mantuvieron relaciones con ella y, por tanto, atribuye ahora a cada uno dos delitos de agresión sexual, uno en concepto de autor, por el que pide 12 años; y otro en concepto de cooperador necesario, por el que solicita 6 años más.

La acusación particular -ejercida por la víctima-- ha hecho la misma modificación y ha atribuido también dos delitos a cada uno, aunque en su caso solicita 13 años por el de autor y 9 por el de cooperador necesario, lo que suma penas de 22 años.

Por su parte, la defensa ha solicitado la absolución y ha considerado que las acusaciones han vulnerado el principio acusatorio -que consiste en que puede ser condenado en un juicio por un delito del que no ha sido acusado-- al cambiar la calificación "de forma tan sustancial" por algo que, a su juicio, "ninguna de las pruebas" demuestra.

HECHOS "CLAROS Y PROBADOS" PARA EL FISCAL

En su informe, el fiscal ha manifestado que los hechos están "suficientemente claros y probados" a pesar de que existen dos versiones "absolutamente contradictorias" por parte de la víctima y los acusados. Según ha dicho, "la única pregunta procedente" en este caso es "por qué sube" la chica al hostal en torno a las 10.00 horas del domingo, después de una noche de fiesta, lo que a su juicio se debió a que ellos la invitaron a fumar un cigarro.

En ese momento, la embriaguez -dijo que había bebido cinco cervezas-- provocó que se "debilitara" su posibilidad de autodefensa, que se descuidara y que estuviera "relajada", ha explicado el fiscal. Además, ha dicho que debido a la intimidación ambiental "no pudo plantear una oposición feroz" y se quedó "paralizada".

Asimismo, ha considerado que la versión de ellos es "increíble" porque contaron que había mantenido primero sexo oral con uno de ellos y después sexo vaginal en dos ocasiones con el otro, y porque en ningún momento han hablado del deseo sexual de ella. "Es de género cinematográfico", ha opinado el fiscal tras recordar el "relato de primero sexo oral, luego cambio de sujeto, luego sexo de pie, luego otra vez en la cama...". "Son hombres en busca de mujeres que no existen, y mujeres que se encuentran hombres que siguen existiendo", ha sentenciado.

También ha calificado de "materialmente imposible" lo que contaron por el espacio de la habitación, ya que había dos camas, una ventana al lado de una de ellas y una mesilla de noche en medio. Los acusados relataron que uno de ellos estaba en una cama con la chica y, tras mantener sexo oral con ella, el otro la acarició estirando el brazo y luego junto la cama, un relato en torno al que ha considerado que "han omitido detalles importantes", como quién movió la mesilla o en qué momento la chica se cambió de cama.

En este sentido, ha insistido en que ha sido un relato "lleno de vaguedades" que "obedece a cuando alguien ha preparado una versión", ya que hay "reiteraciones sistemáticas" y, sin embargo, "sobre la esencia" del asunto hay "vaguedades, dispersión".

Por otro lado, dado que los empleados del hostal, su dueña y los vecinos han asegurado que, en caso de haber gritos, se oirían desde otras habitaciones y pisos, la Fiscalía ha subrayado que "no había nadie" en el momento de los hechos, tal y como confirmó la Policía tras contactar con los residentes.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular se han referido a la sentencia de La Manada y han explicado que en este caso se trata de agresión y no abuso sexual porque "hubo violencia e intimidación", ya que la víctima manifestó que uno de los acusados la tiró sobre la cama, se sentó a horcajadas y la agarro por los brazos y el cuello.

En la misma línea, la acusación particular ha dicho que la versión de ella está "plagada de detalles", "sin ambigüedades ni contradicciones". Además, ha indicado que los acusados y la víctima se conocieron esa misma noche y no hubo ningún problema entre ellos, por lo que el caso "nada tiene que ver con enemistad". "La acusación se formula simplemente porque es verdad", ha sentenciado.

Asimismo, se ha referido a los dos amigos que viajaron desde Valladolid a Santander con los acusados y se quedaron en la misma habitación del hostal -cuádruple, pero con dos salas de dos camas cada una--, que aseguraron en su declaración que no oyeron gritos, y que incluso oyeron risas de mujer. Frente a ello, ha espetado que alguien se acuesta después de una noche de fiesta y "no le despierta ni una bomba".

"MÚLTIPLES CONTRADICCIONES" DE LA VÍCTIMA

La defensa ha apuntado a "múltiples contradicciones y ambigüedades" en la chica, como que dijo que estaba en "perfectas condiciones" y luego que estaba afectada por el alcohol, que le invitaran a fumar cuando los acusados no fuman, o que primero no recordara quién la tiró a la cama y se sentó sobre ella y después sí.

Además, ha apuntado a denuncia falsa y ha recordado que, según un estudio, la mayoría de ellas se producen para "buscar coartada, venganza o suscitar compasión o atención". En esta línea, el letrado ha destacado que la víctima llevaba varios años con su novio, con el que había roto y con el que, "qué casualidad, ha vuelto a recuperar después de una denuncia".

Además, ha argumentado que en la habitación la cerradura no estaba echada y que tenía acceso a su teléfono e incluso envió mensajes en los que no dijo que estuviera en peligro.

Igualmente, ha considerado que ella participó "de forma activa" en las relaciones sexuales con los acusados y que, por tanto, no hubo violencia ni intimidación porque ella "no lo habría permitido" debido a su constitución física "fuerte" y a su constitución psíquica, la de una persona "madura, de 24 años y buena estudiante" que está preparando oposiciones para juez.

El letrado también ha recordado la declaración de los dos amigos de los acusados, que aseguraron que al despertarse la chica estaba allí "tranquila" e incluso fumaron un cigarro con ella.

Así, la defensa ha apelado al principio de inocencia y ha considerado que "no existe ninguna prueba de cargo y no se ha desvirtuado" la versión que los acusados han mantenido desde el inicio del procedimiento "de forma lineal". "Siempre han dicho lo mismo", ha apostillado.

Antes de los informe y conclusiones, han declarado testigos como las forenses que examinaron a la víctima o la psicóloga que la trató, de Centro de Asistencia A Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS).

Las forenses han determinado que, cuando vieron a la chica, "cognitivamente se encontraba muy bien, pero a la vez muy afectada emocionalmente", ya que fue "muy colaboradora, consciente y muy atenta", pero se la veía "triste, abatida".

LESIONES "MUY LEVES"

Además, presentaba lesiones "muy leves", como un enrojecimiento en la zona vaginal, que según han explicado, pueden aparecer "por falta de lubricación o por ser una relación sexual más fuerte o más violenta". Por ello, esta prueba no muestra no hubiese consentimiento, aunque "no son esperables lesiones en una relación".

Han dicho que la chica presentaba un síndrome de estrés postraumático producido tras vivir un "hecho traumático grave", que le provocaba no salir y estar en situación de alerta, además de que tenía sentimientos de culpa que "son muy típicos en las víctimas de violencia de género".

Por último, la psicóloga de CAVAS ha manifestado que la víctima le relató los hechos y que le dijo que temió por su integridad y "se dio por vencida" porque "solo quería que acabaran".