La casera asesinada en Santander, al 112: "Por favor, vengan rápido, me quieren matar"

La mujer asesinada en su vivienda en la calle Marqués de la Hermida de Santander en febrero de 2022, presuntamente a manos del hombre que había acogido en su casa, logró avisar al Servicio de Emergencias 112 Cantabria de la situación de peligro en que se encontraba.

"Por favor, vengan rápido", rogó la casera, de 69 años, en una llamada en la que indicó que la tenían "atada y amordazada casi. Me quieren asfixiar y matar", alertó.

El aviso, en el que manifestó que no podía "hablar muy alto" y que tenía "miedo" a que la persona a la que había alquilado la habitación la oyera, se produjo a las 2.40 horas, y la víctima falleció sobre las tres de la madrugada, asfixiada por presión sobre las vías respiratorias realizada con una tela u objeto blando (como manta, almohada o cojín).

Cuando los bomberos, requeridos por la Policía, abrieron la puerta y llegaron los servicios sanitarios, la agredida se encontraba en parada cardio respiratoria, y aunque realizaron maniobras de reanimación durante 25 minutos no lograron revertir la situación en que se encontraba.

Así se ha puesto de manifiesto este miércoles en la tercera jornada del juicio con jurado contra el acusado, de 39 años, para quien el fiscal, que en la sesión ha elevado sus conclusiones a definitivas, pide 20 años de cárcel por asesinato.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por dos hijas de la finada, ha modificado su petición inicial de prisión permanente revisable por la de 25 años de cárcel por el mismo delito.

En la vista, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, se ha reproducido la llamada que la mujer hizo al 112 y la derivación de la misma a la Policía Nacional, a la que también suplicó que "vinieran corriendo", al tiempo que facilitó la dirección del piso.

Asimismo, en la sesión se ha practicado la prueba pericial, con los forenses que realizaron la autopsia al cadáver, los expertos que analizaron muestras recogidas en el lugar de los hechos y quienes examinaron al sospechoso.

Estos últimos han puesto de manifiesto su dependencia a las drogas y el consumo crónico, "de alta intensidad" y durante "muchos años", de cocaína, pero no que tuviera afectadas las capacidades cognitiva y volitiva, así como tampoco "ningún trastorno mental grave".

También, que es una persona con "conductas arriesgadas, aunque esto es más "una forma de ser" que un trastorno, han precisado.

((Habrá ampliación))