Ministra de Asuntos Exteriores afirma que el mando único "no significa centralizar competencias"

La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, en el Palacio de la Moncloa

La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, ha afirmado que el mando único fijado por el Gobierno central para hacer frente al Covid-19 "no significa centralizar competencias ni cambiar el modelo autonómico y solo busca gestionar la pandemia".

En una entrevista concedida a 'Deia', la ministra ha recordado también que corresponde al lehendakari, Iñigo Urkullu, convocar las elecciones autonómicas y "desde el Gobierno tenemos que ser respetuosos, si no se pone en peligro la salud".

Tras indicar que el plan de reconstrucción económico está "en fase de creación", ha subrayado que no se está hablando de rescates, "sino de facilitar liquidez para empresas, gasto público sanitario y gasto en empleo, y también de un plan de reconstrucción, que es lo que falta por desarrollar".

Por otro lado, la ministra recuerda que el impacto de esta crisis es "muy fuerte" en todas las economías, de tal forma que en Europa ha habido un cambio en la discusión y "en este cambio ha contribuido mucho la posición de Alemania, que ha entendido que esto no va de norte y sur, sino de mercado interior europeo".

A su juicio, se ha puesto de manifiesto que los países de Europa no se habían preparado para una pandemia de esta magnitud, porque no habían pensado en "disponer una serie de recursos necesarios para afrontarla". "De esta crisis aprendemos la importancia de buscar un mejor equilibrio entre lo que se puede producir nacionalmente, lo que vamos a importar y también los stocks de material sanitario que, quizás, deberíamos plantearnos construir a nivel europeo", añade.

Respecto a los test, defiende que se están "generalizando desde el primer día de la pandemia", ya que al principio "se hacían 20.000 diarios" y hoy se ha "más que doblado esa cantidad".

"Hemos aumentado exponencialmente la capacidad de hacer esos test, empezando por los colectivos que más lo necesitan por su grado de exposición al virus o por su vulnerabilidad. El objetivo no es hacer un test a cada ciudadano, sino a aquellos colectivos que presenten una exposición al virus o una vulnerabilidad, o buscar hacerlos en contextos donde haya sospechas de personas asintomáticas para identificarlas y aislarlas", justifica.

En el caso de Euskadi, dice que hay "una buena red de salud pública que está permitiendo a Osakidetza hacer test de manera seria, escalada y sostenida".

Por otro lado, reconoce que la crisis va a durar "más tiempo y que va a afectar a sectores como el turismo y la hostelería, tanto en España como en el resto del mundo", y en el caso del turismo se trabaja un plan específico para este sector.

"El turismo en España no es solo de sol y playa. Esto ha cambiado mucho en los últimos años y se ha diversificado mucho. Ese es el éxito de nuestro modelo turístico para convertirlo en un motor importante de la economía de España. Es difícil hacer previsiones en un momento en el que no tenemos ni remedio ni vacuna contra el Covid-19. Mientras existan riesgos para la salud y la vida de las personas, hemos de ser prudentes. La visión de turismo del futuro es una visión de turismo seguro y en eso estamos trabajando", señala.

Asimismo, indica que la playa forma parte del "menú de desescalada" previsto por el Gobierno, en cuanto a movimientos de españoles se refiere. Respecto a la apertura de las fronteras españolas para el turismo internacional, afirma que se debe ser prudentes y "trabajarlo a nivel europeo, porque los movimientos dentro de las fronteras de Europa necesitan unos protocolos comunes".

Asimismo, reconoce que la vuelta a la situación anterior al coronavirus "necesita una vacuna y un tratamiento" mientras que actualmente no se dispone de "ninguno de los dos".

"DIÁLOGO CONSTANTE"

Por otro lado, ve "injusto" que la oposición acuse a Pedro Sánchez de un modo presidencialista y dice que tanto el presidente como todos los ministros han estado "en un modo de diálogo constante".

"El presidente lo ha hecho en un diálogo constante con las comunidades autónomas, igual que el ministro de Sanidad con sus homólogos. En lo que a mí respecta, también lo he hecho así, hablando con todos los partidos que tienen representación en el Parlamento Europeo", dice.

A su entender, en una crisis "se necesita un mando único, un mando central". "Se necesita un lugar de donde emane un plan y una organización, lo que no significa que en un país descentralizado como es España la ejecución no sea descentralizada. De hecho, la ejecución de la respuesta a la pandemia ha sido de cada una de las comunidades autónomas", justifica, para añadir que hay un mando central como en cualquier operación de crisis, ya que "en ningún episodio así, en ninguna parte, hay 17 mandos. Hay un mando".

No obstante, matiza que eso "no significa ni recentralizar competencias ni negar el estado de las autonomías, que en España es muy descentralizado, lo cual es importante y bueno porque permite responder a las situaciones específicas".

"Vivimos en una situación de excepcionalidad y en estos casos lo más importante es que todos intentemos hacerlo lo mejor posible. El Gobierno español no busca ni recentralizar ni cambiar el modelo autonómico, solo busca gestionar la pandemia. Eso requiere una estructura organizativa que le da una mayor visibilidad al Gobierno central, pero esto tiene que entenderse como una manera de responder a la situación excepcional", manifiesta.

En esta línea, apunta que esto no es muy diferente de cómo se está gestionando la crisis en países del entorno como Alemania y que "eso no es un obstáculo para que los presidentes autonómicos o, en su caso el lehendakari, haga propuestas que sean al final las que se retienen o haga críticas cuando haya cosas que no le gusten", incide.

Por último, defiende la decisión de que sea la provincia y no la comunidad autónoma la unidad de actuación para gestionar la desescalada y dice que lo que se ha pretendido es "ayudar a que las respuesta se adapte lo más posible a la especificidad local".

"Lo más cercano a eso es la provincia. La desescalada tiene dos características: es gradual, por fases, pero además es asimétrica, esto es, algunos lugares pueden ir más rápido que otros. Con este criterio provincial, el Gobierno quiere permitir llevar adelante estos dos ingredientes buscando dotar a los territorios de la mayor capacidad posible para hacer la desescalada atendiendo la especificidad local", argumenta.

No obstante, recuerda que el plan de desescalada del Gobierno dice que si hay territorios donde la información está "más desagregada y en vez de ser por provincias es por municipios, no hay problema".

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