Las 'rebajas' de invierno, que ya no están reguladas como tal pero de las que queda el "hábito" de comprar más barato después de Reyes, están obteniendo una respuesta "muy desigual" estos primeros días entre los consumidores cántabros, que se decantan más por las grandes cadenas y superficies que por el comercio tradicional y minorista, lo que contribuye a agrandar aún más la "brecha" abierta en el sector.
"La brecha cada día se amplía más", se queja, a la par de que alerta de esta deriva, el presidente de la Federación de Asociaciones Empresariales de la Distribución y el Comercio de Cantabria, Miguel Rincón, en un primer balance de los antiguos periodos de descuentos regulados, cuya supresión hace un lustro fue "un error gordísimo" que estamos pagando, dice, los clientes y los empresarios minoristas.
En declaraciones a esta agencia, ha admitido que "hay algo más de venta" estos días que en otras jornadas del año, aunque ese movimiento está mezclado también con devoluciones y cambios tras las compras de las campaña navideña.
Y, en cualquier caso, "lo fuerte" se está registrando, "una vez más", en las cadenas y centros comerciales, a lo que ha contribuido también la apertura del pasado domingo, 7 de enero, y la mala climatología. Factores que han llevado incluso a cortar accesos y parkings en grandes superficies, mientras que "el ambiente" de compras en las ciudades está siendo "muy triste".
Así, aunque las rebajas siguen "en el ADN del consumidor", tras existir durante décadas, Rincón ha contrastado que ahora no tienen "nada que ver" con lo que fueron hace años, porque no están "definida" y, además, ha "cambiado el concepto" de compras.
En la actualidad, explica el portavoz de Fediscom, existe un "totum revolutum" de descuentos, ofertas o promociones a lo largo de todo el año, a las que se ha incorporado en los últimos ejercicios el 'Black Friday' (viernes negro), que se celebra el último viernes de noviembre y con el comienzan los descuentos de Navidad previos a las tradicionales rebajas de enero.
Así, ya "casi no quedan fechas" para ofrecer los productos, como ropa y calzado, al precio inicial, para que los minoristas puedan jugar con ese margen de ventas, que es "la clave" para mantener sus negocios, asegura Rincón.
Y junto con esta "guerra de precios" que está "destrozando" al pequeño sector, se está produciendo una "desinformación" al consumidor, que "no sabe" qué son rebajas, descuentos o liquidación total por cierre, con lo que también sale "perjudicado", junto con el propio comercio.
