El Palacio de Festivales inicia una nueva temporada con 'La panadera', dentro del ciclo 'Miércoles íntimos'

El Palacio de Festivales de Cantabria inicia hoy su nueva temporada, que se desarrollará hasta el 4 de febrero, con 'La panadera', una coproducción del Centro Dramático Nacional, El Silencio Teatro e Iria Producciones, con autoría y dirección de Sandra Ferrús que supone la primera cita del ciclo 'Miércoles íntimos'.

La obra, con César Cambeiro, Sandra Ferrús, Elías González, Susana Hernández y Martxelo Rubio, que se pondrá en escena a las 19.30 horas en la Sala Pereda, cuenta la historia de la encargada de una panadería, casada y con dos hijos, que un día se despierta con la noticia de que por las redes sociales corre un vídeo íntimo suyo manteniendo relaciones sexuales con una pareja que tuvo hace quince años.

Por otra parte, al día siguiente, el 14, a la misma hora y también en la Sala Pereda, se iniciará también el ciclo de 'Jueves clásicos', en esta ocasión con el guitarrista cántabro Miguel Trápaga que interpretará un programa con obras y piezas de Albéniz, Ponce, Damas, Moreno-Torroba y Falla, entre otros.

Miguel Trápaga ha actuado en los principales auditorios y teatros del país, y actualmente es catedrático de guitarra del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y es invitado regularmente a impartir cursos de perfeccionamiento en España y en el extranjero.

Además, el sábado 16 llega el primero de los siete estrenos previstos en la nueva temporada. Su título es 'Pandataria', se incluye en el ciclo de danza y se considera estreno porque, aunque se acaba de estrenar en Mérida, su representación en Cantabria será la primera que se lleve a cabo en un teatro cerrado.

Cuenta con dirección y coreografía de Chevi Muraday, con Cayetana Guillén Cuervo y textos de Laila Ripoll y con la colaboración en el espacio escénico del artista Okuda San Miguel que aporta un enorme telón pintado.

La obra, que se pondrá en escena en la Sala Argenta a las 19.30 horas. Pandataria es una isla perteneciente al archipiélago de las Pontinas, mar Tirreno, de 1,54 kilómetros cuadrados donde, en la época de la dinastía Julio-Claudia, eran exiliadas las mujeres del imperio que no se adecuaban a las normas.