El Ministerio de Cultura saca a licitación el control del biodeterioro de la cueva de Altamira

El Ministerio de Cultura y Deporte ha publicado hoy en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el anuncio de licitación del control y seguimiento de las condiciones ambientales y del biodeterioro de la cueva de Altamira.

Se trata de un procedimiento abierto, cuyo presupuesto o valor del contrato no se especifica en el BOE, al que pueden presentarse ofertas hasta las 19.00 horas del 3 de noviembre.

El Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) es el encargado, hasta 2023, de los trabajos de control y seguimiento de las condiciones ambientales y del biodeterioro de Altamira con el objetivo de evitar las situaciones de riesgo para las personas y el arte que contiene.

Para los trabajos presenciales en la cueva se siguen un conjunto de protocolos estrictos que permiten la toma de muestras y revisiones minimizando al máximo el tiempo de permanencia de los investigadores en la cueva, conforme a los protocolos del Plan de Conservación Preventiva de la Cueva de Altamira (PCP).

Para el seguimiento ambiental, actualmente se cuenta con siete estaciones ubicadas en diferentes puntos de la cueva, que contienen sensores de temperatura, concentración de CO2 y humedad relativa, que por medio de 'datalogers' proporcionan datos de cada una de las variables cada 15 minutos, excepto en la Sala de Polícromos, donde se registran al minuto.

Además, se realiza un seguimiento y evaluación de la concentración de gas radón encaminado tanto a la protección radiológica de las personas que acceden a la cueva como al estudio de la dinámica de los intercambios gaseosos entre la atmósfera interior y el aire del exterior.

Lo completa un seguimiento y evaluación geoquímica de las aguas de infiltración y de condensación (mensualmente se analiza la composición química de los diferentes puntos seleccionados).

Para el seguimiento del biodeterioro se realizan diferentes tareas que contemplan el control de microorganismos, incluyendo patógenos, y el seguimiento de la proliferación de microorganismos de colonización microbiana. Entre las actuaciones se incluyen, por ejemplo, un recuento mensual de partículas en suspensión, del número de microorganismos viables en el aire o del número de microorganismos en medio líquido.

Asimismo, se realiza un seguimiento exhaustivo del impacto de las visitas en estos recuentos.

Todo ello, con posibilidad de modificarlo a demanda para atender la vigilancia microbiológica de cualquier actuación que se lleva a cabo en la cueva.

A su vez, toda esta acumulación de datos, con un mismo formato a lo largo de una serie temporal suficientemente larga, es la única manera de determinar la existencia de ciclos o patrones de comportamiento que señalen las condiciones normales o basales que son tomadas como referencia en el marco de la conservación preventiva del arte contenido en la cueva.