La Fundación Gerardo Diego ofrece un adelanto virtual de su próxima exposición

Gerardo Diego y su familia

La Fundación Gerardo Diego se suma a las instituciones que organizan actividades virtuales durante estas jornadas de confinamiento por la crisis del Covid-19 con la muestra 'Gerardo Diego en casa. Música, pintura, poesía'.

Según ha informado la fundación, las imágenes de la muestra virtual forman parte del trabajo de documentación para la futura exposición bibliográfica `Gerardo Diego en su biblioteca. Literatura y arte del siglo XX. Poesía · tipografía · ilustración · fotografía', un proyecto de la fundación junto con el la Autoridad Portuaria de Santander previsto este otoño en el Palacete del Embarcadero, aunque a la espera de la evolución de la crisis sanitaria y de las directrices para la vuelta de la actividad cultural a las salas.

Esta exposición virtual se realiza para colaborar en la oferta cultural que desde el Consistorio santanderino se lleva a cabo en la iniciativa 'Santander en casa'.

Por su parte, la fundación, de la mano de su directora Andrea Puente, sigue trabajando para organizar la exposición física que mostrará cómo era el espacio de trabajo del poeta, los objetos de los que se rodeaba, y sobre todo la biblioteca.

Un breve conjunto de fotos, conservadas en su archivo personal, muestran al poeta rodeado de su piano, libros, cuadros y objetos queridos en su espacio de trabajo de la vivienda familiar de la calle Covarrubias de Madrid.

En las fotografías se puede ver además del Bösendofer (su piano vienés comprado "a buen precio" en 1932), las pilas de partituras y los retratos de algunos de sus músicos favoritos como Mozart y Debussy.

También un pequeño detalle en la pared: la reproducción de la dedicatoria manuscrita del compositor Maurice Ravel en la cuarta pieza, 'La alborada del gracioso', de la primera edición de la partitura de la suite 'Miroirs' (1906). Gerardo Diego y el compositor francés se conocieron el 27 de noviembre de 1928 en el Teatro Campoamor de Oviedo.

Los fotógrafos pusieron su mirada en la importancia que la música tenía para Gerardo Diego, dejando fuera de campo otra parte esencial de sus intereses, la pintura. De los cuadros solo se pueden ver fragmentos. Se reconoce alguno de su amigo Pancho Cossío, quien diseñó la cubierta de su segundo libro de poemas, 'Imagen' (1922), y otros cuadros de los pintores Benjamín Palencia o Jesús de Perceval. También del retrato que le hizo Ricardo Bernardo en 1930.

Se ven fotografiadas sus estanterías de líneas geométricas, dibujadas con cuadrados y rectángulos. Y su biblioteca, con libros como Ternura (1924) de Gabriela Mitral, ilustrado con xilografías de Pancho Cossío; el de Jacinta la pelirroja, de José Moreno Villa, ilustrado por él mismo e impreso en la imprenta de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre en 1929, o el de El barrio de Santa Cruz, de José María Pemán, de 1931, ilustrado con dibujos y xilografías de Teodoro N. Miciano. Se reconoce fácilmente desde lejos la genial cubierta en damero de las Greguerías (1917) de Ramón Gómez de la Serna.

Una biblioteca que, como cuenta Gerardo Diego en su texto 'Bibliotecas de casa' empezó cuando tenía trece años, lentamente, al ritmo de su escaso presupuesto de estudiante.

Sobre las estanterías hay souvenirs de sus viajes a Filipinas o América Latina como un instrumento musical indonesio de cuerda llamado 'cachapi', unas maracas, una máscara o una figurita de madera tallada.

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