El Supremo ratifica que las gerocultoras no pueden administrar medicamentos sin presencia de sanitarios

El Alto Tribunal desestima un recurso de la Residencia Santa Ana de Santoña contra dos sentencias promovidas por una demanda de UGT

El Tribunal Supremo ha reafirmado que las gerocultoras no pueden administrar medicamentos sin la presencia física de personal sanitario.

Así se desprende de una sentencia del TS que desestima el recurso interpuesto por la residencia Santa Anta y que ratifica otras dos previas, del Juzgado de lo Social de Santander y del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.

Ambos fallos prohibieron a este centro de Santoña que las gerocultoras de su plantilla dieran medicina a los usuarios sin la presencia física de sanitarios, en concreto de enfermeras.

El Alto Tribunal rechaza el recurso de casación planteado por la Fundación Pumarejo y Azcue, propietaria de la residencia santoñesa, contra las citadas resoluciones judiciales derivadas de una demanda del Sector de Dependencia de la federación UGT-Servicios Públicos.

El sindicato destaca que forzó el mismo dictamen judicial para la Residencia Sanitas Mayores de Santander - actualmente ya no pertenece al grupo Sanitas -, con otra sentencia del Juzgado de lo Social dictada en agosto de 2021.

En un comunicado señala que tanto los tribunales de justicia de Cantabria como ahora el Supremo ratifican lo que determinó la primera sentencia, del Juzgado de lo Social en septiembre de 2020, cuando su titular estableció que "no puede atribuirse a las gerocultoras funciones profesionales que no las corresponde, salvo que esté presente personal de enfermería que supervise cómo se administran los medicamentos".

En aquella ocasión el Sector de Dependencia de UGT denunció a la Residencia Santa Ana porque, en los momentos que no había presencia física de personal de enfermería (sábados y domingos, días festivos y todas las noches), las gerocultoras eran las encargadas de administrar los medicamentos y si tenían alguna duda o problema recurrían al 061 o a la consulta telefónica con los profesionales de enfermería ausentes en el geriátrico.

"El hecho que exista la posibilidad de llamar al 061 o a la enfermera de guardia podrá solventar algunas incidencias puntuales pero impide una supervisión eficaz de la medicación que se administra", sentenciaba el Juzgado de lo Social en el fallo avalado ahora por el Supremo.

Este Tribunal corrobora así que en ausencia de personal de enfermería "las gerocultoras podrán hacer la prueba de glucosa, utilizar la vía subcutánea para administrar insulina y heparina, siempre que la dosis y el seguimiento del tratamiento se realice por personal médico o de enfermería", según una sentencia del mismo órgano fechada en julio de 2010.

"Salvo el supuesto excepcional al que se refiere esta sentencia, se requiere la supervisión y presencia física en la administración de medicación de un enfermero", agrega el Alto Tribunal a la hora de argumentar la desestimación del recurso de la Residencia Santa Ana.

FRENO AL HACER DE TODO

La responsable regional de Dependencia de UGT en Cantabria, Margarita Pelayo, considera que la decisión del TS "sólo viene a hacer justicia con unas trabajadoras que hacen de todo y que de por sí ya tienen que realizar a diario tareas que no las debería de corresponder y que agravan todavía más la sobrecarga de trabajo que sufren".

Y aclara para finalizar que UGT no suscribió el actual convenio colectivo del sector de dependencia "porque en él se obliga a las gerocultoras a realizar tareas de limpieza e higiene en zonas comunes, estancias, ropa y utensilios; por lo que ya añadir a todo su trabajo la administración de medicamentos sin ni siquiera la presencia de personal de enfermería es rizar el rizo".