Rechazan una ordenanza de Ruiloba que "prohíbe abonar por el mal olor"

Vacas
photo_camera Vacas

La organización agraria AIGAS La Unión ha presentado alegaciones contra una ordenanza de convivencia del Ayuntamiento de Ruiloba que "pretende regular el tiempo más adecuado para fertilizar la tierra y la cantidad de olor del abono en el aire, excediéndose de sus funciones e invadiendo las competencias de otras administraciones públicas".

Así lo señala la organización agraria en un comunicado en el que rechaza un artículo de la ordenanza reguladora de Seguridad y Garantía de la Convivencia Ciudadana de este Consistorio cántabro, que indica que está "expresamente prohibido abonar en tiempo de sequía".

Ante esto, Aigas La Unión explica que la fertilización realizada por los ganaderos se basa en un ciclo natural que tiene en cuenta las condiciones meteorológicas y la necesidad de nutrientes para optimizar la calidad de las praderas y los cultivos con los alimentar a los animales.

"El Ayuntamiento de Ruiloba no está autorizado para establecer un 'tiempo de sequía' y tampoco dispone de competencias para medir la concentración de abono en el aire, por lo cual la ordenanza que pretende aplicar es, a nuestro juicio, nula de plena derecho en este punto", sentencian.

- Súmate: Si nos sigues en Telegram te llevamos a tu móvil la información más importante de cada día de forma sencilla y gratuita. Puedes hacerlo clicando aquí.

Frente a esto, indican que la Consejería de Medio Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria es la administración competente para aplicar la normativa europea, estatal y autonómica que establece las buenas prácticas de abonado y define sus límites y condiciones.

La organización agraria apunta también que el Ayuntamiento de Ruiloba ha redactado una ordenanza basada de criterios "subjetivos y arbitrarios", de modo que la ordenanza "no define objetivamente las condiciones en las que se aplicaría 'el tiempo se sequía' y tampoco establece los 'límites del mal olor', con lo cual difícilmente se puede aplicar esta norma con objetividad cuando no se han fijado unos parámetros numéricos de control".

Por último, consideran que esta ordenanza está "en contra" de lo que están haciendo otros países de nuestro entorno, como Francia, donde el Parlamento está impulsando un proyecto de ley para proteger el patrimonio sensorial del campo, formado entre otros recursos, por el canto de los gallos o el olor a estiércol.

"El abono natural es un producto que se emplea desde tiempo inmemorial para fertilizar la tierra y los ganaderos saben cuándo es el momento más adecuado para su aplicación, tanto por su experiencia como por la obligación de cumplir con la normativa europea, estatal y autonómica", insisten, para concluir que "el Ayuntamiento de Ruiloba no tiene competencias para ordenar estas cuestiones ni tampoco medios para comprobar objetivamente lo que pretende regular".