El obispo preside este martes una misa en la Catedral por la Jornada de la Vida Consagrada

Catedral de Santander

El obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, presidirá este martes en la Catedral de Santander, a las 18.30 horas, una misa con motivo de la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada, a la que están convocados los religiosos y religiosas de la Diócesis.

En la Diócesis de Santander existen actualmente 92 comunidades religiosas que integran a 850 miembros, de los que 647 son mujeres y 203 hombres, según los datos aportados por el presidente de la Confederación de Religiosos y Religiosa (CONFER) en Cantabria, el padre jesuita José Manuel Méndez.

A ellas se suman tres institutos seculares y dos sociedades de Vida Apostólica, como es el caso de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. A este colectivo hay que añadir el orden de las vírgenes consagradas.

Del total de las comunidades, casi la mitad están asentadas en Santander, y el resto, repartido por la Diócesis.

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Hay muchos religiosos que están al frente de numerosas parroquias, colaborando así con la pastoral y con el clero diocesano. A esta realidad habría que añadir los 110 misioneros que han nacido en Cantabria y que están en diferentes países del mundo.

A la vida consagrada pertenecen quienes trabajan con su apostolado y carismas en campos tan diversos como los empobrecidos, la educación, los enfermos, la infancia desprotegida, los ancianos, la drogadicción, los encarcelados o los jóvenes con problemática social, entre otras realidades.

Cada 2 de febrero la Iglesia celebra la fiesta de la Presentación del Señor, en la que se rememora la presentación que María y José hicieron de Jesús en el templo "para ofrecerlo al Señor". Este día, la Vida Consagrada conmemora siempre su jornada anual, que este año se ha convocado con el lema 'La Vida Consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido'.

Méndez ha manifestado su preocupación por el descenso de las vocaciones y por la edad avanzada de muchos miembros consagrados.

Por ello, en consonancia con las exhortaciones del obispo, ha pedido que se fomente una "cultura vocacional" para que esta forma de vida consagrada "mantenga su acción evangelizadora y su ayuda al bien de la sociedad a través de su apostolado y carismas".