La Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria ha concedido 238.849 euros en ayudas para la limpieza de playas rurales a las entidades locales de siete municipios costeros.
En concreto, los beneficiarios son San Vicente de la Barquera, para las playas de Fuentes, Merón, Oyambre y Gerra; Noja, para las playas de Helgueras (oeste y este); Valdáliga, para las playas de Oyambre y La Rabia; Miengo, para las playas de Usgo y Los Caballos; Val de San Vicente, para las playas de El Pedrero, Aramal, El Sable y Berellín; Ribamontán al Mar, para las playas de Arnillas, Langre Grande, Somo (este), El Puntal (zonas norte y sur), y Suances, para la playa de Tagle/El Sable.
La convocatoria está destinada a financiar los gastos municipales resultantes de la limpieza de estos enclaves costeros, que cuentan con una "elevada fragilidad paisajística", situados en un entorno poco transformado, que mantienen, además, un carácter rural, con difícil acceso y un uso moderado por parte de habitantes y turistas.
Las actuaciones del Gobierno de Cantabria, a través de la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático, están orientadas a la conservación y protección de los hábitats naturales en todos estos enclaves, así como a la preservación del potencial paisajístico de las playas rurales de Cantabria, que forman parte del patrimonio natural y sirven de base para numerosos ecosistemas.
Las playas rurales de la comunidad representan aproximadamente el 32% de los 91 arenales relacionados con el Plan de Ordenación del Litoral frente al 20% de semirrurales, el 22% de periurbanas y el 26% de urbanas. En concreto, el 45% de las playas de la región se encuentran en espacios naturales protegidos como elementos relevantes del patrimonio natural de la región y origen de múltiples servicios ecosistémicos.
El objetivo fundamental de las ayudas busca contribuir a que los municipios con playas rurales adopten un sistema de limpieza regular y adecuado a sus peculiaridades.
Según señala el Gobierno en un comunicado, todos estos procesos se llevan a cabo sin afectar al equilibrio de los ecosistemas, para facilitar el cuidado de su elevado potencial paisajístico, ecológico y recreativo, manteniendo en todo momento las condiciones higiénico-sanitarias.
