Más del 40% de los menores cántabros han jugado a algún juego de apuestas

Un 8,5% de los estudiantes de Secundaria presentan adicción, según un estudio encargado por Sanidad para elaborar una estrategia de prevención

Más del 40% de los menores de edad cántabros a partir de 15 años han jugado a algún juego de apuestas a pesar de estar prohibido por ley, una cifra que se dispara a más del 50% en el caso de quienes tienen recién cumplida la mayoría de edad, los jóvenes de 18 y 19 años.

Además, la adicción al juego se manifiesta en el 8,5% de los estudiantes de Educación Secundaria de Cantabria -entre 15 y 19 años-, mientras que el 0,9% padecen trastorno de juego y el 7,5% están en riesgo. Alrededor del 10% juegan regularmente, es decir, entre una y tres veces al mes o más, siendo las apuestas deportivas online las que se repiten con mayor regularidad.

Así se desprende del estudio encargado por la Consejería de Sanidad sobre la adicción al juego en estudiantes de Secundaria, que se ha realizado en abril de 2021 con 9.202 encuestas a estudiantes de entre 15 y 19 años -alumnos de FP, ESO y Bachiller- de los 93 centros educativos de la región, un colectivo "vulnerable" a esta patología y especialmente durante la pandemia, en la que se ha notado un incremento del uso compulsivo de internet y de videojuegos en la población general.

Los resultados han sido presentados este jueves en rueda de prensa por el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez; el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann; y el investigador de la Universidad de Valencia y responsable del estudio, Mariano Chóliz.

La Consejería encargó esta investigación para conocer la realidad de la región en cuanto a la adicción al juego y poder elaborar en base a los datos una estrategia de prevención, que se incorporará al plan de salud mental de la comunidad como una de sus líneas principales.

Y es que la pandemia ha tenido un impacto "importante" en la vida diaria y las actividades de ocio se han adaptado al aislamiento, lo que, unido al "puesto fundamental" que han adquirido las tecnologías, ha hecho que los videojuegos y los juegos online hayan "ganado terreno", han explicado el consejero y el director de Salud Pública.

Así, el "primer paso" para la campaña de prevención debe ser la evaluación del problema, que ya se esta abordando gracias a este estudio "pionero" en España por el "amplio espectro" de personas encuestadas.

A juicio del investigador, la situación en Cantabria es "preocupante" aunque "no está peor que otras comunidades", ya que es una de las que no cuenta con máquinas de apuestas en los bares y "eso es bueno, porque son la puerta de entrada" a esta práctica.

Según ha explicado, el juego más prevalente son las loterías y quinielas, que también son las que tienen "menor riesgo". Por contra, las 'slot' -tragaperras- online son las "más peligrosas" y "solamente un 6,5% de quienes juegan regularmente" no tiene problemas con el juego, aunque no son siempre trastornos, pero sí síntomas como no poder dejar de jugar o gastar más de lo previsto.

MAYOR PREVALENCIA DE TRASTORNO EN LOS JÓVENES

De hecho, en el estudio se ha hecho una distinción entre el juego patológico -ludopatía-, que padecen un 0,7% de los encuestados menores de edad, o el juego de riesgo, que es lo que padecen quienes tienen ciertos criterios de la adicción pero no llegan a ella y por tanto "están en riesgo", que son un 8,5%.

Además, en el caso de los alumnos de 18 y 19 años, la prevalencia de trastorno de juego se multiplica por 2,5, superando la de la población general detectada en otras encuestas. Esto demuestra que con la mayoría de edad "se juega más" y aumenta la tasa de jugadores patológicos.

Asimismo, se ha detectado una diferencia de género, ya que los hombres juegan a las apuestas más que las mujeres, en una proporción de uno a diez. Con todo, para las mujeres el tener un problema de juego patológico es "más estigmatizante" y por ello "probablemente tengan peor pronostico", porque "es más oculto y puede ser mas serio, aunque la frecuencia es menor".

Chóliz ha remarcado que la adolescencia es una etapa de especial riesgo, ya que menos de la mitad de estudiantes han participado en algún juego, mientras alrededor del 80% de los españoles sí lo ha hecho.