Condenan a trabajos comunitarios a miembros de un grupo por estafar 13.000 euros en ventas por internet

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a realizar trabajos en beneficio de la comunidad a ocho miembros de un grupo de diez por estafar casi 13.000 euros mediante la publicación de anuncios falsos en plataformas de venta de productos de segunda mano de internet, como milanuncios y Wallapop.

De este modo, la Audiencia ratifica el acuerdo de conformidad alcanzado entre los acusados y la Fiscalía en la vista celebrada el pasado 18 de octubre, por el que se rebajan las penas que inicialmente pedía el fiscal aplicando la atenuante de reparación del daño, ya que tres de los procesados consignaron antes del juicio 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Además, la sentencia, a la que ha tenido acceso por Europa Press, les obliga a pagar las cantidades defraudadas a diferentes personas a través los citados anuncios, que suman 12.920 euros. En ellos vendían artículos como collares de perro, GPS, motocicletas y coches antiguos, que los compradores pagaban ingresando una cantidad en una cuenta bancaria y posteriormente no recibían.

Los dos cabecillas han sido condenados con la pena mayor, tres años y siete meses de prisión por delito continuado de estafa, amenazas y pertenencia a grupo criminal, que podrán conmutar por 12 meses de trabajos para la comunidad. Estos dos se hallaban en prisión provisional por estos hechos desde abril de 2021 y se ha acordado su puesta en libertad.

Otros seis han sido condenados a penas de entre un año y nueve meses y tres años de prisión, conmutables por trabajos para la comunidad que oscilan entre cinco y nueve meses de duración. A los dos procesados restantes se les imponen con penas de seis meses por estafa, por lo que no tendrán que realizar dichos trabajos si abonan la cuantía que les corresponde.

Para realizar sus estafas, los cabecillas se valían de números de teléfono y cuentas bancarias a nombre de terceros, que o bien eran ajenos a esta operativa o bien colaboraban a cambio de pequeñas cantidades de dinero, desconociendo realmente las defraudaciones y siendo en algunos casos incluso intimidados o agredidos.

Así por ejemplo, en una ocasión utilizaron dos líneas de teléfono de una persona sin techo que, "si bien tiempo atrás había aceptado colaborar con la organización", después "se había negado a seguir participando dados los problemas que ello le estaba acarreando", por lo que tres de los condenados le amenazaron exhibiéndole por vídeollamada una escopeta y un cuchillo ensangrentado.

Asimismo, usaron una cuenta bancaria abierta con el DNI de una persona que lo desconocía, al que uno de los procesados había logrado hacer una foto.

Durante la investigación se registraron varios domicilios de los ya condenados, en los que se intervino documentación, 20 armas blancas, un ordenador, dos tablet, varios discos y dispositivos de memoria, 27 teléfonos y numerosas tarjetas SIM y de memoria, efectos que "en gran parte habían sido empleados en la comisión de los delitos o bien procedían de las ganancias obtenidas", recoge la sentencia.

Uno de los procesados no tenía participación en las estafas, pero con conocimiento de su enriquecimiento recibía y ocultaba los beneficios de tal actividad. De hecho, en su dormitorio se hallaron 26.925 euros, un revolver y 33 cartuchos sin disparar, por lo que en su caso ha sido condenado por tenencia ilícita de armas, además de por pertenencia a grupo criminal y receptación.