Cae una organización que robó unas 58 toneladas de cobre de depuradoras de Cantabria y otras provincias

La Guardia Civil ha detenido a 16 personas e investigado a otras 5, pertenecientes a una organización criminal dedicada al robo de cable de cobre en parte del territorio nacional. A los detenidos se les atribuye el robo de unas 58 toneladas de cobre en las provincias de Badajoz, Cáceres, Cantabria, Ávila, Alicante, Albacete y Valencia.

Además, se han intervenido cinco furgonetas, 36 kilogramos de cogollos de marihuana seca preparada para su venta, 20 cajas embaladas de bicicletas sin montar, 3 microondas, 195 prendas de ropa de una conocida marca, 5 vehículos a motor, entre otros objetos.

Del robo de 58 toneladas de cable de cobre, que se traducen en más de 19 kilómetros, se han logrado recuperar unas 12 toneladas, que se encuentran a disposición judicial.

Fue a principios de 2022, cuando el robo de cable de cobre en dos depuradoras de Cebreros y El Tiemblo (Ávila) puso sobre aviso a la Guardia Civil, que descubrió que la organización también había cometido robos en otras de Candeleda y Piedralaves (Ávila).

A raíz de estos hechos se inició una investigación centrada en la búsqueda de los posibles autores, en detectar los posibles puntos de venta e inspeccioanr chatarrerías o centros gestores de este tipo de residuos.

Fruto de esto, se localizó el turismo utilizado para cometer el robo de la depuradora de Cebreros y que usaba una persona con residencia en la Cañada Real de Madrid, que mantenía contacto habitual con otras diez personas.

VIAJES POR TODA ESPAÑA

También se puso comprobó que los implicados realizaban desplazamientos, incluso dos y tres veces por semana, a Badajoz, Cáceres, Cantabria, Ávila, Madrid, Albacete, Toledo, Alicante y Valencia para robar cobre en otras depuradoras.

Una vez robado, escondían el cable en inmediaciones de las depuradoras. Luego, regresaban a Madrid de vacío y dependiendo de la cantidad de cobre que habían escondido alquilaban una furgoneta o varias para recoger el cable.

Una vez transportado, lo vendían a una chatarrería clandestina de la Cañada Real, que estaba en situación ilegal, y luego ésta lo trasladaba a una de Fuenlabrada.