Un año y seis meses por tocamientos a una menor y a su madre, vecinas suyas, mientras dormían

El hombre acepta la nueva pena solicitada por el fiscal, que pedía cinco años y que ha interesado la eximente incompleta por alcoholemia

Un hombre ha sido condenado a un año y medio de cárcel por tocamientos a una menor de 15 años y a su madre, vecinas suyas, en la vivienda de las víctimas y cuando ambas estaban dormidas.

El acusado se ha mostrado conforme con la nueva pena solicitada por el fiscal -que inicialmente reclamaba cinco años de prisión- en el juicio contra él, celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de Cantabria.

Así, ha sido condenado a seis meses de encarcelamiento por un delito de abuso sexual, y a un año más por el mismo ilícito pero a menor de 16 años, según se ha acordado en el plenario, desarrollado en la Sección Primera y que ha quedado visto para sentencia.

Al procesado se le ha aplicado la eximente incompleta por trastorno por alcohol, al entender que tenía sus facultades afectadas por el consumo de bebidas.

Además de las penas de cárcel, se le han impuesto las accesorias interesadas: cinco años de alejamiento y prohibición de comunicación, otros cinco de libertad vigilada y diez más de inhabilitación para empleo que conlleve contacto con menores.

Y también, la indemnización a la menor por el daño moral causado de 3.000 euros, la cuantía que reclamaba el representante del ministerio público.

Según su escrito, los hechos ocurrieron de madrugada en un día del mes de julio de 2020 cuando, aprovechando que la menor se había quedado dormida en el salón, se aproximó a ella y "le tocó por debajo de la ropa en ambos pechos, la cintura, el glúteo y la vagina, sin llegar a introducir miembro alguno en su interior".

Los tocamientos no fueron consentidos por la niña, que le retiró la mano en varias ocasiones, continuando el acusado su propósito hasta que ella se levantó del sofá y salió de la habitación.

Un mes después, de madrugada, aprovechando que la madre de la menor y su esposo estaban dormidos, el acusado entró en la habitación y desde el lateral de la cama introdujo la mano por debajo de la manta y "le tocó los muslos y las nalgas".

La mujer "se despertó sobresaltada y avisó a su marido, que descubrió al acusado agazapado a los pies de la cama".

Al finalizar el plenario, la defensa ha solicitado la suspensión ordinaria de la pena de prisión, a lo que no se ha opuesto el fiscal siempre y cuando el procesado siga los pertinentes tratamientos de desintoxicación.