El 70% de personas acompañadas por Cáritas que han solicitado el Ingreso Mínimo Vital están a la espera de respuesta

Una madre lleva a sus hijos al Colegio.

Más del 70% de las personas acompañadas por Cáritas Española que han solicitado el Ingreso Mínimo Vital "siguen a la espera de una respuesta" y un 40% directamente no lo han solicitado, según un nuevo informe del Equipo de Estudios de Cáritas Española sobre el impacto que está teniendo la crisis social y económica causada por la Covid-19.

La labor social de la Iglesia advierte de que este no es el único ejemplo de cómo "las medidas de protección social diseñadas para frenar el impacto social de la crisis no siempre están sirviendo a los más vulnerables". En este sentido, ponen el ejemplo de las trabajadoras de hogar pues, según el estudio, "sólo un 1% de ellas han cobrado el subsidio para empleadas domésticas".

Cáritas avisa de que en ambos casos, los porcentajes de familias que están recibiendo estas medidas son "mínimos", por lo que urge a abordar una reflexión a todos los niveles sobre el alcance de las mismas.

Por otro lado, el informe, titulado 'Un impacto sostenido tras el confinamiento' y realizado a partir de datos del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas, revela que cerca de 246.000 personas acompañadas por Cáritas viven en hogares que no cuentan con ningún ingreso económico, "mas hogares que antes de que estallase la pandemia".

Además, de los datos se desprende que más de la mitad de hogares acompañados por la confederación están en situación de pobreza severa --ingresos inferiores a 370 euros al mes para un hogar unipersonal o a 776 euros para hogares formados por dos adultos y dos niños--.

Según los datos manejados por Cáritas, la llegada del verano supuso "un respiro" para algunas de las familias más vulnerables y se constató un descenso del desempleo entre los hogares acompañados por Cáritas. Sin embargo, más de la mitad de las personas siguen en búsqueda de trabajo (55,4%) y más de 1 de cada 10 personas tiene un empleo informal.

4 DE CADA 10 ASUMEN RIESGOS EN EL TRABAJO

Al mismo tiempo, el informe revela que casi 4 de cada 10 personas acompañadas por la labor social de la Iglesia que trabajan, asumen "bastantes o muchos riesgos" en relación al Covid-19 debido a su actividad laboral.

Además, Cáritas precisa que, en caso de tener que hacer cuarentena por posible contagio o contacto con alguna persona positivo por COVID, "más del 70% de personas acompañadas por Cáritas se enfrentaría a graves dificultades en forma de problemas con los empleadores, despido o ausencia de ingresos".

Esta fragilidad por la dificultad de cumplir cuarentenas bajo el riesgo de pérdida de medios de vida, según avisa Cáritas, puede conducir a: "negar la enfermedad, obviando síntomas y asumiendo así riesgos tanto para su salud como para la de los que les rodean; y, por otro lado, a afrontar un riesgo de aislamiento social".

El informe muestra también que 42.000 familias acompañadas por Cáritas se han visto obligadas a cambiar de vivienda para disminuir gastos y que un 44% de los hogares (unas 650.000 personas) no pueden hacer frente a los gastos de suministros y un 41%, al alquiler o hipoteca.

Otro capítulo "preocupante", según Cáritas, es el de la brecha digital que se ha convertido en "un factor exclusógeno". En concreto, de los datos se desprende que más del 60% de hogares atendidos por Cáritas están situación de "cierto apagón tecnológico" al no contar con conexión, dispositivos o competencias suficientes para manejarse en Internet.

FRACASO ESCOLAR EN 2 DE CADA 10 HOGARES

El Equipo de Estudios de Cáritas pone el foco también en los problemas educativos provocados por la pandemia y señala que en dos de cada 10 hogares acompañados por Cáritas donde hay menores se vive una historia de fracaso escolar.

Además, el estudio pone de manifiesto cómo la vuelta al colegio se vivió en casi 160.000 hogares acompañados por Cáritas "con miedo", en parte, por la dificultad para conjugar empleo y cuidados en caso de cuarentena. Esto supondría para aproximadamente 45.000 familias tener que elegir entre dejar solos a sus hijos o renunciar al trabajo, según el informe.

En cuanto a los inmigrantes, el informe detecta un mayor porcentaje de empleo informal entre la población migrante (19%) que entre el conjunto de la población atendida por Cáritas (14%). Si se analiza sólo la población en situación administrativa irregular, los porcentajes de pobreza se disparan hasta el 77%.

Otro de los colectivos vulnerables objeto de atención especial es el de los hogares monoparentales, que en su inmensa mayoría están encabezados por mujeres, y donde la pobreza se sitúa en el 62%, un porcentaje superior al 54% que ofrece el conjunto de familias acompañadas por Cáritas.

El coordinador de Estudios de Cáritas, Raúl Flores, ha indicado que "este es el impacto sostenible que está dejando esta crisis: crecer en hogares en situación de pobreza, tener dificultades para seguir adecuadamente los procesos formativos, y estar expuesto a dinámicas vitales y familiares de estrés: incertidumbre sobre el futuro, exposición a sucesos vitales estresantes tales como la pérdida del empleo, conflictos familiares graves o la perdida de la vivienda, entre otros problemas".

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