Leia necesita ayuda para recuperarse de un ictus con apenas 5 años

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Se llama Leia Cano, tiene cinco años, una inteligencia que desarma para su edad y una sonrisa con la que se mete en el bolsillo a todos los que la rodean.

Esta niña de Arredondo necesita la llegada a su vida de Amadeo. Se trata de un robot rehabilitador, valorado en 90.000 euros, con el que aspira a recuperar la plena movilidad de su brazo y mano derechos, gravemente afectados tras el ictus hemorrágico que sufrió once meses atrás.

Su entorno más cercano ha puesto en marcha la campaña “Un robot para Leia”. Una captación de micro donaciones para financiar su adquisición. Buscan la suma de muchas pequeñas aportaciones que hagan realidad el sueño de Leia. (Accede aquí)

El pasado 13 de marzo Leia y sus padres se encontraban en Ajo, cuando la niña, de repente, tuvo un desvanecimiento, perdió el habla, quedó con los ojos en blanco y desató la alarma en sus progenitores.

Su rápida actuación, dando aviso a emergencias e iniciando ellos mismos su evacuación hacia el hospital Marqués de Valdecilla, resultó decisiva para salvarle la vida. Por el camino fueron interceptados por una ambulancia convencional, primero, y por una providencial UVI medicalizada, después.

Ya en el centro hospitalario, las labores de reanimación por parte del personal médico resultaron efectivas y la niña pudo ser intervenida de la hemorragia cerebral que fue detectada en un escáner realizado de urgencia.

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Robot Amadeo

A esta dramática situación le siguieron diez días en la UCI, completamente sedada para tratar de reducir al máximo la afección cerebral. Afortunadamente, logró remontar alguna situación muy crítica y dio inicio a una nueva fase, la de la superación de las graves secuelas generadas por el ictus. En concreto, una afasia de broca, a resultas de la cual había perdido completamente el habla. Una  heminegligencia visual derecha. Y una hemiparesia derecha.

La palabra “mono”. Con este cuadro diagnóstico, la entrega del personal médico de Valdecilla se combinó con la consulta a otros especialistas, como la clínica Sinapse de Neurología. Todos coincidieron en lo trascendental de los avances en el primer año tras sufrir el episodio cerebral. A las pocas semanas, la niña pronunció la palabra “mono”, y a partir de ahí, comenzó a recobrar cierto nivel de lenguaje con mucha lentitud, pero consolidando una fluidez que llena de alegría a quienes se han desvivido para  devolverle cierta normalidad.

Aquí la rehabilitación es esencial. Lo que se traduce en que, a  diario, madruga para acudir a sesiones de terapia ocupacional en el hospital de Laredo. De allí retorna al colegio Príncipe de Asturias de Ramales de la Victoria, donde también cuenta con el apoyo de una terapeuta. Lo que se suma a sesiones de piscina, terapias en Valdecilla, o incluso baile, porque es ahora cuando hay que estimular al máximo todo el sistema motórico. 

La principal afección que persiste es esa paralálisis derecha que le afecta al brazo y a la mano. A través de Sinapse conocieron la existencia del robot Amadeo, que esta clínica dispone en su sede de Galicia. Gracias al apoyo de Vitrinor, empresa en la que trabaja el padre de Leia, han podido sufragar distintas estancias en tierras gallegas para que Leia se familiarice con este rehabilitador mecánico. Y ahora el reto es adquirir el robot para que Leia lo pueda tener a mano. Y para que, una vez finalice el tratamiento, pueda servir a otras personas que lo necesiten, dado que la intención es donarlo a instituciones públicas para que sirva de ayuda a otros ciudadanos.

Volcados. La iniciativa “Un robot para Leia” parte de los amigos de Arrendondo, pero en ella se ha volcado todo el Alto Asón y Carranza, zonas de gran arraigo de la familia de Leia. A la ya mencionada generosidad de Vitrinor se suman iniciativas como las del AMPA del Príncipe de Asturias. Y un reguero de iniciativas que, ahora, tienen en la campaña de recaudación de donativos su eje central. Todos confían en lograr reunir la cantidad necesaria lo antes posible. Y repiten. “No es cuestión de hacer grandes aportaciones, sino de que muchas personas hagan su pequeña aportación. Queremos que nuestro mensaje llegue al máximo número de personas”. Ahora sólo queda compartir esta causa solidaria. Y contribuir, cada cual, en la medida que pueda. Leia ya sonríe por anticipado. Hagámoslo posible. (Dona aquí)

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Sinapse