El refugio 'La manada cántabra' de Oruña de Piélagos acoge a más de 40 animales, la mayoría de gran tamaño

El refugio 'La manada cántabra', de Oruña de Piélagos, acoge en la actualidad a más de 40 animales de producción, en su mayoría de gran tamaño, como yeguas, caballos o vacas, muchos de ellos incautados por el Seprona.

A punto de celebrar su primer año de vida, los promotores de este proyecto, Carlos Llorente y Patricia López, aseguran que, a pesar del "infierno" que supone todo el papeleo burocrático necesario para hacer las cosas "de manera legal y transparente", su mayor satisfacción es ver "cómo vinieron y cómo están ahora" los animales acogidos.

Llorente y López llevaban años colaborando, a título individual, en la recogida de animales domésticos cuando decidieron dar un paso más y abrir el primer refugio o santuario para todo tipo de animales de Cantabria.

"Siempre tenemos la imagen de que hay que salvar perros y gatos, pero hay muchos más animales", y en el caso de los burros, los caballos o las ovejas, por ejemplo, si no hay donde llevarlos van directamente al matadero, explican.

Para evitarlo, Llorente compró un terreno junto a su casa, en la localidad de Oruña, en octubre de 2021. Enseguida se supo de su existencia entre las protectoras animalistas de Cantabria y la evolución fue tan rápida que, pronto, se sintieron "desbordados".

En este sentido, para el desarrollo de su actividad diaria, 'La manada cántabra' se enfrenta a "muchas limitaciones", entre ellas la falta de terreno o los elevados costes económicos que conlleva el mantenimiento y cuidado de una familia tan grande.

"Hemos invertido mucho dinero y seguimos haciéndolo, pero tenemos que hacerlo sostenible", aseguran los promotores de este refugio animal que se muestran convencidos de que, sin la ayuda de particulares, a través del teaming, las donaciones en el número de cuenta (ES48 0049 5317 1122 1606 2554) o el apadrinamiento de los animales, y de las administraciones, no podrían seguir.

Algunos de los animales llegaron a este refugio después de ser abandonados, cedidos por sus propietarios o decomisados por el SEPRONA debido a las malas condiciones en las que se encontraban.

Junto con los abandonos en la vía pública, lo habitual son los animales de producción en mal estado, que permanecen atados, con falta de comida y de agua y que son decomisados por las autoridades competentes.

En otros casos, sus propietarios los ceden porque no pueden atenderlos por padecer enfermedades graves, o los entregan a refugios una vez que los animales han agotado su vida reproductiva, en vez de enviarlos al matadero, ha informado el Ayuntamiento de Piélagos en nota de prensa.