Ferroatlántica enciende un tercer horno tras la bajada del precio de la energía

Adapta su fabricación a las horas en las que el coste de la electricidad es más barato

La planta de Ferroatlántica, en Boo de Guarnizo (Astillero), ha encendido un tercer horno, tras la bajada del precio de la energía y adaptando la fabricación a las horas en las que el coste de la electricidad es más barato, y todos sus empleados se encuentran trabajando.

Este tercer horno, que se ha puesto en marcha el pasado sábado, 9 de abril, está en proceso de arranque, lo que lleva varios días, y se espera que esté en funcionamiento este miércoles 13 o jueves 14, ha explicado en declaraciones a Europa Press el presidente del comité de empresa de la planta, Francisco González.

Según ha señalado González, "parece que se vuelve un poco a la normalidad", después de que la factoría tuviese que parar toda su actividad a principios del mes de marzo por los elevados precios de la energía.

Así, la planta está modulando "muchísimo más" la fabricación, aprovechando para producir las horas en las que los precios de la energía están más bajos y para parar los hornos cuando más elevados están.

Además, el precio de la energía ha descendido en los últimos días, aunque González ha reconocido que necesitan que baje "todavía más" porque el 30 o 40 por ciento del coste productivo de la entidad es la electricidad.

El presidente del comité de empresa ha indicado para que la fábrica esté en "pleno rendimiento" habría que encender su cuarto horno, si bien no hay ninguna previsión para su encendido porque necesita de una reparación.

Tras el parón a principios de marzo, la fábrica cántabra, que cuenta con 156 empleados directos y unos 900 indirectos, estuvo funcionando durante días con un solo horno para abastecer los pedidos de los clientes y a finales de mes encendió el segundo.

La guerra en Ucrania agravó la situación de la planta, si bien se trata de un problema que la industria lleva años arrastrando debido al alto precio de la electricidad en España.

De hecho, Ferroglobe y sus fábricas de Ferroatlántica ya tuvieron que aplicar en enero ciertas medidas de ajuste para adaptar la actividad a las horas más baratas o el cierre de determinados hornos.