Tres detenidos por estafar todo el dinero que tenía una antigua vecina en su única cuenta bancaria

La Guardia Civil ha detenido a dos hombres y una mujer residentes en Astillero, de entre 29 y 56 años, como presuntos autores de un delito continuado de estafa, que dejó a una mujer, antigua vecina de ellos, sin dinero en su única cuenta bancaria. Ante la situación de precariedad en que quedó, tuvo que recibir ayuda de los servicios sociales y de Cáritas.

También se ha investigado a un hombre de 27 años como presunto autor de receptación de algunos de los efectos adquiridos mediante la estafa.

La Guardia Civil comenzó una investigación a finales del pasado mes de diciembre cuando una mujer denunció el bloqueo de su cuenta bancaria y la anulación de la tarjeta de la misma entidad, al haberse quedado sin saldo, lo que supuso la pérdida de todos sus ahorros, que superaban los 30.000 euros.

Los agentes comprobaron que desde mediados de noviembre del año pasado, la mujer tenía cargos bancarios, no realizados por ella, que oscilaban entre los 400 y los 2.000 euros. Se detectaron cerca de 40 operaciones en cajeros bancarios.

Además, se constató un importante número de compras online, que en ningún momento llegaron al domicilio de la víctima, así como compras en establecimientos, en los que principalmente se adquirieron artículos de tecnología y ropa.

La investigación llevó a los agentes a unos antiguos vecinos de la víctima, con los que seguía manteniendo relaciones esporádicas. Se sospecha que, mediante engaño y abusando de su confianza, estas personas pudieron hacerse con la libreta y tarjeta bancaria, momento en que comenzaron las extracciones de dinero y compras con cargo a su antigua vecina.

El 13 de febrero fueron detenidos los dos hombres y la mujer como presuntos autores de la estafa, y se practicaron dos registros en los que se intervinieron 11.000 euros en metálico y algunos de los efectos comprados con el dinero de la víctima, como un ordenador portátil, una consola, juegos, smartphones, ropa, etcétera.

Durante la investigación, y ante la situación de precariedad y necesidad que había quedado la víctima, la Guardia Civil contactó con los servicios sociales para que recibiera atención. También recibió ayuda de Cáritas.