El CEIP Estela de Zurita reivindica seguridad vial en el entorno del colegio

El CEIP Estela de Zurita (Piélagos) ha reivindicado seguridad vial en el entorno del colegio, en el marco de la movilización estatal Revolta Escolar.

Este jueves 3, la comunidad educativa del centro ha salido a la calle para colocar una pancarta llamando la atención sobre el peligro que suponen el intenso tráfico y la falta de equipamiento para reducir la velocidad de los vehículos que pasan delante del colegio.

En un comunicado, comunidad educativa ha expresado su "profunda preocupación" respecto a la seguridad vial en el entorno del colegio de Educación Infantil y Primaria, que acoge a unos 85 niños de 3 a 12 años, y que se ubica junto a la carretera CA-234, con la única separación de una "pequeña acera" que no dispone de barandillas.

"Hemos comprobado con un radar que, en esta carretera, el incumplimiento de la limitación de velocidad es cotidiano y habitual, a lo cual se añade el riesgo de pérdida de control y salida de vía (pinchazo, avería, error humano, etcétera) de algún vehículo de alto tonelaje en toda la zona que pudiera provocar daños humanos", ha señalado.

Además, ha incidido en la "problemática de la contaminación acústica derivada del intenso flujo de vehículos, sumada al exceso de velocidad y la cantidad de camiones de mercancías que transitan la zona".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la limitación a 53 decibelios en el tráfico de vehículos el máximo ruido recomendable para la salud y las mediciones a la puerta del colegio han recogido hasta 66,9 dB en caso de vehículos particulares.

La comunidad educativa también ha recordado que en los últimos años se han producido en esta ubicación al menos tres atropellos, dos con resultado de muerte, en un caso de una niña de 6 años.

Por todo ello, AMPA, profesorado, dirección del colegio y junta vecinal han reclamado medidas a la Dirección General de Obras Públicas "para evitar una desgracia a las puertas del colegio".

En concreto, solicitan la reducción de la limitación de la velocidad a 20 kilómetros por hora como indica la normativa; la instalación de reductores de velocidad a lo largo de toda la recta y no sólo en la puerta del colegio; y la adaptación de los límites de velocidad en toda la recta para ser "coherente" con la limitación requerida en el entorno del colegio.