El consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, se ha reunido con el alcalde de Ruente, Jaime Díaz, para analizar las principales necesidades del municipio y han estudiado la posibilidad de mejorar la red de infraestructuras agrarias con el acondicionamiento de aquellas pistas y caminos que se encuentren más deteriorados.
Ambos han coincidido en destacar la importancia que tienen este tipo de infraestructuras para facilitar la actividad de los ganaderos y agricultores, la vida de los vecinos y el acceso a las explotaciones y a los recursos naturales.
El regidor ha confiado en la buena gestión de la Consejería para que el año que viene continúe la ejecución de proyectos de acondicionamiento de aquellas infraestructuras agrarias que aún siguen deterioradas por los daños causados por las inundaciones de 2018.
El consejero ha reafirmado la apuesta de su departamento por seguir colaborando con los municipios en el mantenimiento y acondicionamiento de las infraestructuras necesarias para dinamizar las zonas rurales e impulsar su desarrollo económico.
El encuentro también ha servido para analizar la repercusión del Plan de Gestión del Lobo en Ruente, donde el control poblacional está generando, según su regidor, "grandes beneficios" para la actividad ganadera.
Por ello, ha respaldado la gestión que está llevando a cabo la Consejería para lograr el equilibrio y la compatibilidad entre la conservación de esta especie y la ganadería extensiva de Cantabria.
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