Un acusado que negó participar en la muerte del anciano lo admite en una segunda declaración

Acusado de matar al anciano en el garaje de Santander se retracta y admite los hechos después de haber negado su participación, en una segunda declaración solicitada por su abogado y aceptada por la sala

El acusado que ayer negó su participación en la muerte de un anciano que apareció asfixiado, atado y amordazado en un garaje de Santander se ha retractado hoy de lo dicho en una segunda declaración en el juicio, solicitada por su abogado y concedida por la sala al no oponerse ninguna de las partes, para así "aclarar los hechos", según ha explicado su letrado.

El procesado en cuestión, Ricardo G.L., al que su hermano Paulino implicó en el crimen y en el posterior robo en el domicilio de la víctima durante su interrogatorio en la primera sesión juicio, ha argumentado que ayer estaba "nervioso". "No me tomé la medicación por la mañana", ha expresado.

Y acto seguido, ha asegurado que él nunca ha "querido matar a nadie", sino que "solo quería dinero". "Lo siento muchísimo", ha manifestado en la Audiencia Provincial de Cantabria, donde se desarrolla la vista con jurado popular y después de que en su primera declaración en el arranque del juicio negara haber estado en el lugar cuando sucedieron los hechos, en febrero de 2017.

Tanto él como su hermano, naturales y residentes en País Vasco, exculparon al tercer detenido, Juan Carlos C.S., un vecino de Santander del que aseveraron que no sabía nada de lo que ellos venían a hacer a la ciudad y que acabó con el fallecimiento del hombre, de 81 años.

Para repetir la declaración del Ricardo, su abogado, Manuel Fernández Garrido, ha invocado el artículo 42.1 de la Ley del Jurado, que remite al 680 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal al procedimiento ordinario, que contempla la posibilidad de que el acusado sea oído de nuevo aunque ya haya prestado declaración.

"Siendo nuestro derecho tan garantista y este un asunto tan relevante debe concederse al acusado la oportunidad de aclarar los hechos para ilustrar mejor al jurado", ha explicado a esta agencia el letrado, que ha incidido de nuevo en la drogodependencia de su cliente, acreditada con informes médicos.

Esta Defensa también ha recordado que cuando un procesado ejerce el derecho a la última palabra, justo antes de quedar visto para sentencia un juicio, las partes ya han elevado a definitivas o modificado sus conclusiones con las correspondientes penas.

En este caso --en el que también se podría haber planteado un careo entre ambos hermanos, que al final han reconocido los dos los hechos y han mostrado arrepentimiento-- la Fiscalía y la Acusación Particular ejercida por la viuda del nonagenario solicitan 35 años de cárcel para cada uno de los tres acusados por asesinato, dos robos con violencia y detención ilegal.

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