Se enfrenta a 14 años por el incendio de un local de Santoña que obligó a desalojar a 30 vecinos
La Fiscalía de Cantabria pide una pena de un total de catorce años de cárcel para un acusado por el incendio en un edificio de Santoña en octubre de 2021, que se originó de madrugada en un local comercial ubicado en los bajos del inmueble y que obligó a desalojar a una treintena de vecinos. Además, una persona que pasaba por el lugar y que resultó herida leve tuvo que ser evacuada al hospital.
El fuego se registró en un establecimiento de la calle Baldomero Iglesias (número 7, letra A) de la localidad y el ministerio público imputa al procesado por estos hechos un delito de incendio con peligro para las personas, por el que pide once años de prisión, y otro de lesiones con instrumento peligroso, por el que reclama tres años más de encarcelamiento, han informado fuentes de la Fiscalía a Europa Press.
El juicio por lo ocurrido el 19 de octubre de 2021 se celebrará durante varias jornadas de la primera semana del próximo mes de mayo, según ha podido saber esta agencia.
Además del desalojo de los residentes y del traslado al Hospital de Laredo de un hombre de 32 años -pasaba por el lugar en coche con las ventanillas bajadas cuando las llamas rompieron los cristales del local-, el fuego calcinó el negocio donde se originó, en tanto que las altas temperaturas y el humo causaron daños en la fachada y ventanas del edificio, afectando también a dos vehículos aparcados en la zona.
La mayoría de los desalojados pudo volver a sus casas tras la revisión del bloque de pisos, de cuatro plantas más ático y cuatro domicilios por altura. El fuego fue extinguido por los Bomberos de Cantabria y la Policía Local ayudó a la evacuación de los vecinos.
Tras los hechos, la Policía Judicial de la Guardia Civil inició la correspondiente investigación para esclarecer las causas del incendio y, también, si fue intencionado o fortuito.
Poco antes de lo ocurrido, el Ayuntamiento había comunicado al dueño del local comercial calcinado una orden de cese de actividad por carecer de licencia o permiso, pese a lo cual se dedicaba a la venta de ropa y enseres. El entonces alcalde, Sergio Abascal, comentó que se trataba de una persona "conflictiva y problemática" en su relación con los vecinos.