El proceso de participación del PGOU concluye con la apuesta por un modelo de urbanismo "policéntrico"

Proceso de participación ciudadana del plan general de Santander

El proceso de participación ciudadana que definirá el próximo Plan General de Santander ha finalizado esta semana con la celebración de una mesa vecinal general y actividades participativas en colegios y en la Universidad de Cantabria. La mesa vecinal ha coincidido con las mesas sectoriales en que el Plan General debe contemplar un modelo de urbanismo "policéntrico".

La evolución hacia 'La ciudad de 15 minutos' es una de las conclusiones que más consenso ha generado, no sólo en el seno de la mesa vecinal, sino con respecto a las mesas de trabajo en las que han participado especialistas en urbanismo del sector privado y del público, según informa el Ayuntamiento en nota de prensa.

Tras un mes de encuentros con profesionales del urbanismo y representantes del tejido económico y asociativo de la ciudad, vecinos de diferentes barrios de Santander, que ya fueron el eje de la participación presencial en julio, han vuelto a tomar la palabra para cerrar un proceso de consulta que ha durado tres meses.

La movilidad ha sido una de las áreas temáticas que más interés ha despertado a lo largo de la consulta ciudadana. Y en la mesa vecinal que ha cerrado el proceso se ha vuelto a insistir en reducir la presencia de coches en la ciudad, especialmente en el centro, buscando fórmulas que faciliten el acceso a equipamientos, servicios y zonas verdes "en un radio de 15 minutos a pie".

Entre las conclusiones que más consenso han logrado en esta última mesa vecinal destaca la idea de desarrollar una estrategia territorial y urbana que aproveche la topografía de Santander para diseñar una ciudad de corredores verdes en las vaguadas conectados unos con otros mediante sendas peatonales y ciclistas.

En ese proyecto de ciudad, la integración ferroviaria debería dar paso a un amplio espacio público de zonas verdes. También apuestan por ampliar hacia el oeste el Parque de Las Llamas, pero con un diseño más naturalizado que el espacio actual.

Los participantes en la última mesa vecinal echan de menos más parques de proximidad y una mayor apuesta por la vegetación en los microespacios que se han ido creando en los últimos años por toda la ciudad. Reclaman también la recuperación de algunos elementos que consideran que se están perdiendo en el mobiliario urbano, como las fuentes, los bancos y los árboles.

La conservación de la campiña norte, donde se asientan los barrios de Cueto y Monte, es otra de las propuestas planteadas por vecinos de la zona y aceptadas por una mayoría de participantes en esta mesa general. Se trataría, según explican los vecinos, de evitar nuevas construcciones de vivienda, especialmente bloques, que alteren el paisaje urbano.

También reclaman estrategias que permitan proteger el valor y la biodiversidad de un entorno que aún conserva su carácter rural, así como una mejora de las conexiones con el resto de la ciudad.

Para evitar que el centro de la ciudad se convierta en un espacio sin vecinos y sin actividad fuera del horario laboral proponen buscar fórmulas para reducir el volumen de oficinas en las calles más céntricas para propiciar, por un lado, un mayor número de viviendas en el centro y una hibridación de usos, con viviendas y oficinas, en el resto de áreas de Santander.

Plantean una fórmula similar para la distribución de los pisos turísticos: crear normativas que eviten que se concentren en zonas concretas de la ciudad y se repartan de manera equilibrada por distintos barrios, lo que ayudaría a revitalizarlos.

El patrimonio de la ciudad es algo que también preocupa a los vecinos. Proponen que la ciudad apueste por la construcción de edificios singulares que aporten un alto valor a las próximas generaciones.

El impulso de las energías renovables, facilitando la creación de sistemas de autoconsumo, ha sido también objeto de debate en la mesa vecinal final.

La sostenibilidad es otro de los argumentos que utilizan los vecinos para pedir un Plan General que contemple la reducción de coches en la ciudad o, al menos, una apuesta por la eficiencia energética que aportan los vehículos eléctricos o híbridos.

Por petición de la asociación de vecinos de General Dávila, una de las mesas de trabajo contó únicamente con residentes de esta zona de la ciudad. "Si pudiéramos pedir un solo deseo al Plan General sería que pusieran un centro cívico en el barrio", explicó uno de los participantes con la aprobación de la mayoría de la mesa.

También reclamaron mejoras en la accesibilidad con otras zonas de la ciudad, no sólo con el centro; la reducción de la velocidad máxima permitida a 30 km/h y un mayor equilibrio en la distribución del espacio dedicado a la movilidad, donde el espacio para el coche deje algo más de margen para el peatón y las bicicletas.

MESA UNIVERSITARIA

Con el objetivo de diversificar los perfiles de los ciudadanos que han participado en el proceso, los organizadores de la consulta programaron la celebración de una mesa infanto-juvenil.

Las circunstancias sanitarias actuales obligan a ser extremadamente cuidadosos con el acceso a los espacios educativos, así que se ha diversificado esa mesa y se han programado varias visitas escalonadas a la Universidad de Cantabria para escuchar a los estudiantes y varias mesas participativas en colegios de Santander desarrolladas por los propios docentes.

Esta semana, en el primer encuentro con universitarios del Grado de Geografía, los alumnos han defendido un modelo de ciudad policéntrica, como el planteado previamente por los expertos en urbanismo y los vecinos que en la mesa de esta semana pedían "una ciudad de 15 minutos".

Los universitarios han aportado su experiencia en movilidad y han señalado que la conexión del campus con el resto de la ciudad y con otros municipios es mejorable. La falta de coordinación entre trenes y autobuses dificulta el transporte multimodal, lo que obliga a utilizar vehículos privados.

Los estudiantes que participaron en la mesa de trabajo también reconocen que echan de menos espacios públicos cubiertos para los días de lluvia y señalan la zona de Gamazo como un espacio que gusta a la juventud, pero al que creen que se le podría sacar aún más partido.

En materia de vivienda, la mayoría de los participantes que viven fuera de Santander aseguran que prefieren vivir fuera de la ciudad y trasladarse hasta la capital para actividades concretas. Señalan además el Cabildo como la zona de la ciudad que requiere una regeneración más urgente.

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