Rebajan a 25 y 21 años la petición de cárcel para los dos acusados de la muerte del anciano en el garaje

Uno de los acusados por la muerte del anciano en el garaje ejerce su derecho a la última palabra

El fiscal ha rebajado las penas de prisión que pide para los dos acusados de participar en la muerte de un anciano en su garaje de Santander hasta los 25 y 21 años, frente a los 35 que solicitaba inicialmente, también para el tercer procesado y que ahora solo se enfrenta a 7 años de cárcel por robo.

El representante del Ministerio Público mantiene que lo ocurrido en febrero de 2017 fue un asesinato, pero ha reconsiderado que hubo un único delito de robo con violencia, en concurso medial con otro de detención ilegal, ya que los procesados atacaron al hombre, de 81 años, como paso previo para ir a por dinero al domicilio, donde estaba su mujer y a la que también ataron y amordazaron, causándole a él fallecimiento por asfixia y lesiones leves a ella.

Así lo ha expuesto este viernes en el juicio con jurado popular que se ha celebrado esta semana en la Audiencia Provincial de Cantabria, sesión en la que la acusación particular -ejercida por la viuda- se ha adherido al relato y peticiones de la Fiscalía, que ha aplicado la atenuante por drogadicción en uno de los implicados pero también agravante por uso de disfraz en los dos, pues iban con ropa de abrigo y rostros tapados, lo que dificultaba la identificación.

Por su parte, las respectivas defensas de Paulino G.L., de su hermano Ricardo --ambos naturales y residentes en País Vasco y que han reconocido en el juicio su participación en los hechos-- y de Carlos C.S., vecino de la capital cántabra que les llevó en coche a los lugares donde se produjeron, entienden en cambio que lo sucedido fue un homicidio y robo con violencia e intimidación.

Y en consecuencia piden 19 años y cinco meses para el primer encausado y trece y medio para el segundo, mientras que el letrado del tercero interesa que a su cliente se le condenen solo por complicidad en el robo, más después de que los dos anteriores hayan negado tanto su participación como conocimiento de los hechos.

En la vista, pendiente de la deliberación -el lunes- de los miembros del jurado para que emitan su veredicto, han ejercicio el derecho a la última palabra los hermanos.

"EN NINGÚN MOMENTO FUIMOS A MATAR A ESE SEÑOR"

Al igual que en el interrogatorio, Paulino ha negado la intencionalidad de acabar con la vida del octogenario: "En ningún momento fuimos a matar a ese señor", ha reiterado, antes de mostrarse muy "impresionado" por lo que ha "visto" durante la práctica de la prueba, en referencia a las imágenes que mostraron en la pericial las forenses encargadas del levantamiento del cadáver y de la autopsia.

Han sido igualmente "detalles increíbles" para Ricardo, que si bien negó su implicación en la muerte del hombre después admitió, en una segunda e inédita declaración a petición de su abogado, que sí había participado junto a su hermano. Y tras volver a expresar que siente "muchísimo" lo que pasó, ha manifestado: "Yo no vine aquí a matar a nadie".

"Simplemente yo estaba drogado. No sabía muy bien lo que hacía", ha agregado, antes de aseverar que fue él quien pidió que solicitara auxilio para las víctimas a su hermano, quien lo hizo al día siguiente de los hechos desde una cabina de teléfono de Vitoria.

Y esa llamada, difundida en medios de comunicación, desembocó en la identificación y detención escalonada de los tres acusados, en prisión provisional desde entonces.

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