El policía de Santander condenado por falsificar un documento para evitar una multa recurre la sentencia

Archivo - Sección Tercera Audiencia Provincial. Jucio a un policía local de Santander acusado de falsificar un documento para evitar una multa

El policía local de Santander condenado a un año y medio de cárcel por falsificar un documento para evitar una multa -de 200 euros por aparcar mal su vehículo en una calle de la ciudad- ha recurrido la sentencia de la Audiencia Provincial de Cantabria que le impuso esa pena.

La defensa del procesado basa la apelación, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la "no adecuación del hecho probado a la realidad", ya que a juicio de esta parte el origen de la actuación de su cliente parte de la denuncia realizada en mayo de 2019 por otro agente que estaba entonces "en prácticas".

También cuestiona si la intervención de su patrocinado en lo sucedido fue como efectivo del Cuerpo municipal o como "ciudadano normal", es decir, como un vecino más de Santander.

Igualmente, este letrado pide a la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria que verá el recurso que determine si los hechos imputados se podrían situar en el ámbito de la jurisdicción administrativa, pues "se encuadran en un expediente sancionador derivado de una infracción de las normas de circulación".

La Sección Tercera de la AP consideró al procesado responsable del delito de falsedad en documento oficial del que había sido acusado, y aplicó la atenuante analógica muy cualificada de confesión a las autoridades, toda vez que el implicado reconoció los hechos.

Además, la Sala impuso al policía local una multa de 720 euros, a razón de una cuota diaria de ocho euros durante tres meses, y le inhabilitó para el cargo durante un año.

En la vista, el agente admitió que había falsificado el documento en cuestión: un pliego de descargo que, según dijo, elaboró en su "tiempo libre" en su "casa", no durante el desempeño del puesto.

En él plasmó su firma y la del compañero con el que habitualmente patrullaba -"esos garabatos los he hecho yo", dijo- y puso también el sello del Ayuntamiento y de la Policía, con la intención de que le retirasen la sanción propuesta por otro agente que en ese momento estaba en prácticas y, en su opinión, no facultado para multar.

Según el fiscal, el hombre "quiso aparentar que su coche se le averió" y por ello se encontraba en la acera de la calle Gravina mal aparcado. "No entiendo cómo puede hacer algo tan estúpido, tan simple. No tiene lógica", manifestó el implicado en la vista, en la que el ministerio público rebajó de tres a dos años la pena de prisión solicitada.

Mientras, su abogado insistió en la libre absolución de su cliente, aunque subsidiariamente planteó que, en el caso de ser de ser condenado, se le impusiera multa de 900 euros. Ahora, con el recurso interpuesto, consultado por esta agencia, pide que se anule y revoque la sentencia y se dicte otra absolutoria.