Las personas mayores de Santander muestran una adherencia "media-baja" a la dieta mediterránea, según un estudio

El 93 por ciento de las personas mayores de Santander muestra una adherencia "media-baja" a la dieta mediterránea, según un estudio en el que ha colaborado la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) sobre una muestra de 317 individuos de entre 65 y 79 años.

Además, según datos de este mismo estudio, el cumplimiento de las recomendaciones de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) de 2018, -basadas en la dieta mediterránea- fue bajo, excepto en el consumo de legumbres.

Así lo la informado la Universidad en un comunicado, en el que recuerda que el ranking norteamericano U.S. News and World Report ha considerado por cuarto año consecutivo a la dieta mediterránea como la mejor del mundo.

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Dentro de las recomendaciones de la dieta mediterránea, se observó en las personas que intervinieron en el estudio un bajo consumo de verduras, ya que únicamente el 18% consumían 2 o más de raciones (200g) diarias y aunque el 92% consumía fruta a diario, sólo el 50% tomaban las raciones diarias recomendadas (3-4 de 200 gramos).

En cambio, un 64% de la población mayor consumía carnes rojas, hamburguesas o salchichas varias veces a la semana, principalmente dos veces, alejándose de la recomendación de un consumo ocasional y moderado. Además, tres de cada cuatro personas mayores de Santander consumen menos agua de la cantidad recomendada (entre 6-8 vasos diarios).

Estos son algunos de los resultados obtenidos en la tesis doctoral desarrollada por la farmacéutica-nutricionista Gloria Cubas de Basterrechea, dirigida por la doctora Carolina González Antón, con la colaboración del doctor Pedro Muñoz Cacho y publicada recientemente en la Universidad Internacional Iberoamericana de México en colaboración con la Universidad Europea del Atlántico (Cantabria).

Según la institución, el cumplimiento de un patrón de dieta mediterránea disminuye la obesidad, la hipertensión arterial, la hiperglucemia y controla las dislipemias previniendo el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2 y además refuerza el sistema inmunitario y tiene efectos antiinflamatorios.

Por todo ello, una mayor adherencia a la dieta mediterránea se hace "imprescindible" en un grupo de población cada vez más elevado en Santander (un 25,10% de personas mayores de 65 años según datos de enero de 2020), debiéndose implicar al personal sanitario especializado en nutrición para que indique a las personas mayores que nunca es tarde para modificar sus hábitos dietéticos, advirtiendo sobre cuáles son los alimentos poco saludables.