La CHC limpia los cauces de varios arroyos en Entrambasaguas y Cabuérniga

photo_camera CANTABRIA.-La CHC limpia los cauces de varios arroyos en Entrambasaguas y Cabuérniga

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha iniciado los trabajos de la limpieza de los cauces de varios arroyos en los municipios de Entrambasaguas y Cabuérniga.

En el caso de Entrambasaguas, se retoma la limpieza del arroyo Bucarrón y afluentes (La Maza y La Fuente) en el entorno de Navajeda, antes de su confluencia con el río Aguanaz, a lo largo de unos 3,8 kilómetros.

Estos trabajos, según ha indicado en un comunicado la CHC, persiguen recuperar y mejorar la capacidad de desagüe de tramos de cauce en los que la acumulación de arbolado, acarreos o el deterioro de las obras de paso ha dado lugar a una reducción drástica de la sección de desagüe y consecuentemente a la aparición de un riesgo inminente de desbordamiento.

Por su parte, en el municipio de Cabuérniga, se procede a la limpieza y desbroce de los arroyos Caborzal, Moscadoiro y uno innominado en el entorno de Renedo de Cabuérniga, en un tramo de unos 2 kilómetros, hasta su desembocadura en el río Saja.

La entidad ha indicado que esta actuación forma parte de un Plan general de mantenimiento y saneamiento de cauces aprobado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, presupuestado en casi 320.000 euros.

Este plan se desarrollará hasta diciembre de 2019 y abarca la práctica totalidad del territorio de Cantabria, fundamentalmente fuera de las zonas urbanas en las que las labores de conservación y mantenimiento de cauces son competencia de los propios ayuntamientos.

Las sucesivas avenidas extraordinarias en los ríos de las cuencas hidrográficas de Cantabria han originado diversidad de afecciones derivadas fundamentalmente del desplome de especies arbóreas del dominio público y márgenes, movimiento y posterior depósito de acarreos y otros residuos sólidos, y afecciones puntuales en infraestructuras existentes.

Estas actuaciones han provocado reducciones de la sección de desagüe y por ello disminución de la capacidad de desagüe de los correspondientes cauces, con el consiguiente riesgo de que futuras avenidas puedan producir nuevos desbordamientos e incremento de los efectos erosivos susceptibles de originar daños de mayor consideración.