El 63% de estudiantes no cree que la educación online en el confinamiento fuera negativa, frente al 46% de padres

Archivo - Un alumno recibiendo clases on  line.

La mayoría de los estudiantes (63%) con conexión a Internet no considera que la experiencia de la educación online durante el confinamiento haya sido muy negativa. De hecho, solo 3 de cada diez estudiantes cree, ahora, que la única fórmula válida es la educación presencial.

Esta percepción no es compartida por los padres, y mientras el 47,35 considera que la presencial es la única fórmula posible, el 46 por ciento opina que la experiencia no fue muy negativa, según los resultados de la encuesta 'Tendencias en la sociedad digital durante la pandemia de la COVID-19', publicada este viernes por el CIS.

En lo que si coinciden la mayoría de padres (78%) y estudiantes (88%) es en la necesidad de que los centros incorporen actividades online de manera creciente de acuerdo con la edad de los alumnos, aunque casi el 90% de padres y estudiantes no comparte que en los cursos de Secundaria la formación debería ser mayoritariamente online. En el caso de educación superior, también la mayoría de alumnos (69%) están en desacuerdo en primar la educación online sobre la presencial, porcentaje que se eleva en diez puntos en el caso de los padres.

Otro punto en el que coinciden progenitores (92%) y estudiantes (94%) es en la necesidad de que los profesores reciban una formación específica y profunda sobre la técnicas pedagógicas de la educación digital.

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FALTA DE PROTOCOLOS

En cuanto al establecimiento de protocolos de educación a distancia por parte de los centros, la encuesta del CIS revela que el 90% de los estudiantes afirmaron que los centros establecieron algún procedimiento online durante el confinamiento y de estos el 86,2% envió materiales de estudio por correo electrónico con las tareas e instrucciones de apoyo y el 95% mantuvieron videocomunicaciones directas con profesores por ordenador o móvil. Asimismo, el 81,6 usó vídeos o audios grabados por docentes con el contenido de las clases suspendidas.

Sin embargo, solo el 57% de los alumnos dice que los protocolos educativos permitieron suplir las clases presenciales y el seguimiento personalizado de manera efectiva y que el 91% de los centros tuvieron que improvisar métodos y protocolos online.

Asimismo, una tercera parte de los estudiantes asumen que la ausencia de protocolos obligó a delegar en las familias y profesores la misión de explicar los contenidos pendientes porque el centro educativo se limitó a enviar por correo electrónico los paquetes de deberes que el alumno debía completar. En el caso de padres y adultos que han convivido durante el confinamiento con estudiantes, este porcentaje se eleva al 42,6%.

En este sentido, el 59% de los padres admite que la necesidad de estar confinados les ha hecho participar más activamente en la educación de los niños o jóvenes.

Respecto a la ayudas para disponer de equipamiento informático o de conexión a Internet para realizar tareas educativas, el 94 por ciento dice no haber recibido ningún apoyo. En cuanto a la procedencia de las ayudas, el 63,5% venía del centro educativo y el 27% de la administración pública y en el 44% de los casos consistió en una tablet o equipo informático.

OPINIÓN SOBRE EL PROFESORADO

Respecto a la formación del profesorado, la mitad de los convivientes con estudiantes considera que el profesorado está altamente cualificado para usar métodos digitales en la educación y el 80% considera que los docentes han podido adaptarse a la situación usando Internet y otras tecnologías digitales disponibles, a pesar de no haber recibido formación específica para ello.

Asimismo, el 54% reconoce que los profesores se han sentido desbordados y solo al 14% les ha resultado muy difícil o imposible contactar con ellos por Internet o telefónicamente. El 12% de lo padres encuestados asegura que el centro educativo se desentendió de los alumnos que tenían dificultades de conexión.

En el caso de los estudiantes, más de la mitad cree que los docentes no están bien preparados para el uso de herramientas digitales y el 64% opina que estos se han sentido frustrados por las dificultades para realizar su trabajo.