La Congregación de los Sagrados Corazones recibe la Medalla de Oro de Torrelavega

Torrelavega entregará hoy la Medalla de Oro de la Ciudad a la Congregación de los Sagrados Corazones, en un acto que tendrá lugar en el Teatro Municipal Concha Espina (TMCE) a las 20.00 horas.

De esta manera se dará cumplimiento al acuerdo plenario adoptado pasado 30 de noviembre, cuando la mayoría de la Corporación aprobó conceder esta distinción "en reconocimiento a la labor educativa, social, cultural y deportiva desarrollada durante más de 100 años" en el municipio.

La Congregación de los Sagrados Corazones llegó a Torrelavega en 1881 y desde entonces su historia ha ido ligada a la del municipio, trabajando en el ámbito educativo, pero también en el ámbito social, cultural y deportivo, y mostrando en todo este tiempo "su compromiso con la ciudad".

Por las aulas de sus dos colegios --colegio de los Sagrados Corazones y colegio Nuestra Señora de la Paz-- han pasado "cientos" de generaciones de torrelaveguenses que, con el paso de los años, han destacado en diferentes ámbitos.

Torrelavega aún no había recibido el título de ciudad cuando, gracias a las gestiones del párroco Ceferino Calderón, la Congregación se instaló en Torrelavega y un grupo de religiosas abrió su primer colegio en la Plaza Mayor con la prioridad de facilitar educación a las mujeres y también a quienes tenían menos recursos. Más tarde se trasladaron a la calle Julián Ceballos y, posteriormente, en 1966, al actual centro.

Ya en 1921 se construyó el colegio de los Padres, algo para lo que contribuyó con una donación la viuda del médico y alcalde de Torrelavega Gregorio Martín Blanco, Dolores Velo Cabrero, que con su aportación de 180.000 pesetas hizo posible la instalación en Torrelavega del colegio para la educación de los niños, cuando hasta ese momento los que podían estudiaban en el colegio de Villacarriedo.

Con esta donación se compró la casa de la Pizarra, que fue el embrión para la fundación del Colegio de Nuestra Señora de la Paz. Poco después el centro se trasladó al actual emplazamiento. El edificio, obra de Francisco Coello de Portugal, con fachada de José María Subirachs, forma parte del Inventario General del Patrimonio de Cantabria desde 2002. Con el paso de los años, los religiosos fundarían también una comunidad en Sierrapando, junto a la parroquia de los Santos Justo y Pastor.