Quiñones defiende la necesidad de "medidas drásticas" como las de Santoña para controlar la situación

Vecinos de Santoña se concentran en una cacerolada contra las medidas de confinamiento relativo en Santoña el 3 de septiembre.

La delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, ha defendido la necesidad de adoptar "medidas drásticas", como el cordón sanitario de Santoña, para controlar la crisis sanitaria y evitar la expansión del coronavirus, y ha recordado que la decisión de confinar corresponde a la Consejería de Sanidad, que es quien tiene que "velar" por la salud de los ciudadanos, y por lo tanto, "tenemos que confiar en su buen hacer", ha dicho.

A preguntas de la prensa sobre la situación de tensión que se ha vivido ayer en Santoña, cuando la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, fue abucheada en una cacerolada de protesta de vecinos y hosteleros contra el confinamiento, y por si debería haber actuado la Guardia Civil, la delegada ha dicho que entiende las quejas pero a veces son necesarias "medidas drásticas" para controlar la situación.

"Estamos viviendo momentos muy duros; entiendo el posicionamiento de todos, sobre todo porque hay quienes están viviendo una situación económica difícil y es de respetar. Pero también entiendo que lo que hace la Consejería de Sanidad, como se hizo cuando el Gobierno de España estableció el estado de alarma, es velar por la salud pública de todos. Y para ello, aunque no nos guste, muchas veces se tienen que tomar medidas drásticas para que la situación no empeore y pueda afectar a peor", ha señalado.

Respecto a la denuncia del PP de Santoña de que la "clara descoordinación" entre las instituciones implicadas en la gestión de la crisis (Ayuntamiento, Consejería de Sanidad y Delegación del Gobierno) ha conducido a "una pésima gestión" de la misma, cuya "consecuencia final es el confinamiento prácticamente total de la población" santoñesa, la delegada no ha querido entrar en "si ha habido coordinación entre administraciones o no; entiendo que la Consejería está trabajando por el bien común", ha reiterado.

Y ha reiterado que la decisión de confinar --en este caso, de establecer un cordón sanitario-- corresponde a la Consejería de Sanidad. "Ellos son los que tienen que velar por la salud de todos y son los que manejan las estadísticas y los datos, y por lo tanto, tenemos que confiar en su buen hacer", ha declarado.

En relación al control del tráfico de entradas y salidas de la villa que lleva a cabo la Guardia Civil de Cantabria con apoyo de la Policía Local, Quiñones ha explicado que hubo "alguna complicación de entrada al municipio" el primer día, el pasado miércoles, cuando "había gente que no sabía que se iba a producir ese cordón sanitario", mientras que después no se ha producido "ningún incidente destacado" más allá de las horas puntas de entrada al trabajo.

UME

Por otra parte, también a preguntas de la prensa, la delegada ha confirmado que hoy se ha celebrado una reunión interna de coordinación de los mandos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la Consejería de Sanidad para la coordinación de los rastreadores militares que vendrán a la comunidad.

Esta avanzadilla tiene como misión trabajar con la Dirección General de Salud Pública para empezar a establecer los criterios de funcionamiento del equipo.

Quiñones desconoce el número de rastreadores militares que llegarán a Cantabria tras el ofrecimiento del Gobierno central a las comunidades autónomas y cuántos serán. Desde el Ejecutivo regional se han pedido hasta 50.

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