Más de 450 personas del mundo científico, universitario y ONG apoyan la protección del lobo en un manifiesto

Cachorro de Lobo Ibérico.

Un total de 469 personas, la mayoría procedentes del mundo científico, universitario y las ONG han firmado un manifiesto impulsado por la organización conservacionista WWF en apoyo del comité científico que ha emitido un dictamen favorable a la protección del lobo ibérico como especie vulnerable en el conjunto de España.

El manifiesto, según ha explicado el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, se ha emitido a la vista de algunas declaraciones que a lo largo de este mes de febrero han dudado de la validez y calidad del dictamen emitido por este comité --creado en 2011-- y que sustenta la decisión de la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad de incluir a la especie en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LERSPRE), lo que conllevará que ya no será considerada especie cinegética.

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En rueda de prensa, Del Olmo ha lamentado las "descalificaciones" de sectores y administraciones y 'fake news' que han dudado de la validez del dictamen y ha rechazado las presiones para que éste no se tenga en cuenta, porque considera que podría suponer un "grave precedente" para otras especies cuya conservación dependen "de la imparcialidad" de mecanismos administrativos. "Lo que más nos ha molestado y al mundo científico es que se pusiera en cuestión la independencia y validez del comité científico del dictamen", critica.

Por ello, ha reclamado que las decisiones que afecten a la conservación de la biodiversidad sean adoptadas exclusivamente en base a criterios científicos y no estén supeditadas a otros intereses económicos o políticos. En el caso del lobo, el manifiesto subraya que es una especie con una importancia extraordinaria para mantener y recuperar el equilibrio y la salud de los ecosistemas españoles.

Por ello, los firmantes piden a "todas" las administraciones implicadas que trabajen de manera "coordinada", "constructiva" y en base al "mejor conocimiento científico disponible", por la protección de esta especie y la coexistencia con la ganadería extensiva y otras actividades tradicionales.

Del Olmo ha sacado pecho de los 50 años que la ONG lleva trabajando en favor del lobo en España en los que de la mano de Félix Rodríguez de la Fuente logró que la especie dejara de ser considerada "alimaña" y pasara a especie cinegética, lo que permitió empezar a terminar con su persecución. "Era otra sociedad que nada tiene que ver con la actual", reconoce.

En todo caso, ha defendido el trabajo de la ONG con el lobo "siempre con la mirada puesta en su conservación, pero también de la ganadería extensiva porque es vital".

"Consideramos muy acertada la decisión de incluir al lobo en el Catálogo y creemos que es una gran oportunidad para el mundo rural y la ganadería", ha apostillado Del Olmo, que celebra el gran "éxito" que en apenas cinco días ha logrado el manifiesto.

A su juicio, lo más importante en el cambio de estatus de la especie es que modifica la gestión en el conjunto del país, donde es considerada una sola población en la que queda prohibida su caza deportiva, aunque no su control excepcional bajo criterios científicos.

"Lo más importante del dictamen es que iguala la protección en el norte y en el sur del Duero donde toda la población se deberá tratar de una manera unificada", insiste.

El manifiesto defiende el acierto del Ministerio para la Transición Ecológica y su decisión que "no es política sino basada en la ciencia" y llama también a los sectores a trabajar "de forma conjunta" y dialogada en la coexistencia.

"Las cosas no pueden seguir como hasta ahora. Está en un estado de conservación desfavorable. El lobo presta servicios a los ecosistemas y debería colonizar la Península Ibérica y no estar acantonado solo en unos puntos de la Península", ha añadido Del Olmo. En su opinión, este es el momento y la oportunidad de recolocar y repensar la gestión del lobo, de manera coordinada.

"El mundo científico y las ONG tenemos que sentarnos a hablar y encontrar ese camino y hacer posible la conservación de esta especie fabulosa compatible con un mundo rural vivo que todos queremos", ha concluido.

Por su parte, el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Fernando Valladares --firmante del manifiesto-- ha destacado la importancia del lobo para el equilibrio de los ecosistemas en su función como depredador, aunque ha lamentado que el ser humano se lo ha ido quitando de encima hasta el punto en que ahora la especie no tiene margen para encontrar su nicho.

A su juicio, esta es una "buena oportunidad" para poner las patas del revés, pensar con honestidad y soltar las amarras del pasado y dejar de ver al lobo como lo que quedó de la ley de alimañas.

"Es fácil llevarse bien con un koala, pero con un lobo se ve la capacidad de convivencia del ser humano. Esta va a ser la prueba de que realmente puedes ver la naturaleza con su ecosistema completo. Nos va a hacer mejores personas. Ahora lo más sensato es llevarse bien con el lobo aunque te coma alguna oveja o te dañe el ganado", ha valorado.

Por su parte, la responsable del programa de especies amenazadas de WWF, Gema Rodríguez, ha apostado por el trabajo conjunto con los ganaderos realizado desde hace décadas por la ONG que "ha demostrado que la prevención sí funciona", con medidas como mastines, cercados, entre otras que han logrado reducir los ataques al ganado entre un 60 y un 80 por ciento y lograr un nivel de satisfacción de los ganaderos "muy altos".

Por ello, asegura que la apuesta de WWF pasa por asesorar a los ganaderos y por que las administraciones financien estas medidas de prevención porque "un ganadero no debe correr con los gastos de mantener al lobo". "Tenemos la solución pero falta la implantación", admite Rodríguez, que no cierra la puerta a que en los casos en los que fallen todas las medidas, puedan efectuarse controles letales siempre que esté justificado.

El manifiesto, que sigue abierto a firma, ha recopilado en cinco días 469 apoyos entre los que figuran más de 120 investigadores; 96 profesores universitarios; 25 catedráticos de Ecología y Zoología y más de 60 investigadores del CSIC.